El arte también tiene sus malos momentos. Basta con preguntarle a Beatriz Pardo, propietaria de la galería Arte Imagen, local que cierra tras 25 años de actividad. Desde la crisis nada ha sido igual, y eso le ha obligado a tomar una decisión "muy dura". "Las cosas han cambiado mucho en los últimos años y viene muy poca gente. Los sueldos ahora no son suficientes para invertir en arte", explica.

Fue su madre, María del Carmen Pérez, la que inició esta aventura hace ya 25 años. Beatriz cogió las riendas en 2003, diez años más tarde, aunque siempre contó con la ayuda de su familia. "Llevo quince años al frente de la galería y al final me sentía como si no trabajase porque apenas había movimiento", revela la propietaria de la sala, ubicada en la calle Ramón y Cajal.

Le da todo el "mérito" a su madre. Por cumplir el sueño de abrir la galería y crear un amplia "cartera de clientes y amigos" durante los años 90. El panorama cambió cuando empezó la crisis, pero se agravó "en los dos últimos años". "Cayeron las ventas y también las visitas", reconoce. Es consciente de que invertir en arte no está al alcance de todo el mundo, pero ahora "ni siquiera hay visitantes". "No hay interés en visitar las galerías", apunta.

Beatriz Pardo opina que este "bajón" se debe a que existen "otras formas de exponer". "Creo que las galerías de arte están condenadas a desaparecer porque ahora hay otros establecimientos con más cosas que atraen a más gente", explica la propietaria de Arte Imagen, que añade que "internet" también ha "perjudicado a los galeristas". "Hay páginas especializadas en la venta de arte", confiesa. Además, "crear blogs es gratis". "Te abres una página web, le dedicas media hora al día y ya puedes llegar a los clientes. Mientras que abrir una puerta real, de una galería, cuesta dinero", razona.

La dueña de Arte Imagen cree que hay más galerías que pasan por este mal momento. "He hablado con pintores de Madrid y Barcelona, con los que he trabajado durante este tiempo, para contarles la noticia y me dijeron 'es que todo está tan mal", manifiesta, y agrega: "Esto nos afecta a todos, muchas galerías terminarán cerrando".

A pesar de las dificultades, Beatriz Pardo no descarta seguir vinculada al mundo del tarde. "Ojalá pueda volver a abrir la galería en un futuro", desea. De momento, le toca decir adiós a clientes, visitantes y artistas. "Ahora hay mucho que recoger y organizar, porque han sido 25 años de mucho trabajo, así que no es cosa ni de uno ni de dos días", reconoce. Cajas, llamadas y muchos recuerdos para poner el candado al número 5 de la calle Ramón y Cajal. "Ha sido una decisión muy dura", concluye.