La empresa Serye Ingenieros ha recibido el encargo del Concello de redactar el proyecto de remodelación del cruce de la ronda de Outeiro con la avenida de Finisterre, actuación para la que recibirá 17.667 euros. La iniciativa supone un nuevo intento municipal de resolver los problemas que padece esta intersección, una de las más transitadas de la ciudad y que en la actualidad se regula mediante una glorieta con semáforos, lo que obliga a esperas para efectuar los giros hacia las diferentes direcciones.

Por el momento se desconoce qué solución pretende darse al cruce, en el que en los años noventa el Gobierno local presidido por Francisco Vázquez planteó la construcción de un túnel en la ronda de Outeiro. El proyecto municipal suscitó el rechazo de los vecinos de la zona, quienes expresaron su temor a que la ronda se convirtiera en una vía rápida, mientras que los comerciantes manifestaron su preocupación, ya que sospechaban que con el túnel nadie se detendría en el barrio para comprar en sus establecimientos, por lo que el alcalde acabó por desechar la idea.

Pero en 2007, ya con Javier Losada al frente del Ejecutivo municipal, el proyecto del túnel volvió a salir a la luz. La pretensión era que la Consellería de Política Territorial financiase esta actuación, cuyo coste se estimó en cinco millones de euros, pero cuando se dio a conocer, de nuevo surgieron las protestas. La asociación de vecinos del Agra do Orzán consideró "faraónica" la propuesta del Concello, a la que también tachó de "locura", mientras que el colectivo de comerciantes de la calle Barcelona la tildó de "descabellada" y vaticinó un "caos circulatorio" en el barrio a causa de la puesta en servicio del túnel.

También en este caso el Gobierno local acabó por retirar el proyecto, lo que dejó la situación del cruce en la misma situación. Otro cruce, el de la ronda de Nelle con la avenida de Finisterre, intentó ser modificado ese mismo año mediante el derribo del viaducto y su sustitución por un túnel, pero de nuevo las protestas vecinales obligaron a desechar la iniciativa.

La necesidad de que el vial subterráneo tuviera una longitud considerable suscitó las sospechas de que se convirtiera en una barrera entre los dos márgenes de la ronda, por lo que los residentes rechazaron su construcción y el Concello desistió de llevar a cabo el proyecto.

Un estudio realizado en las últimas semanas por técnicos municipales calificó de posible la demolición del viaducto y la regulación del cruce mediante semáforos al apreciarse un notable descenso del tráfico en la ronda de Nelle en los últimos años, aunque el Gobierno local todavía no tomó una decisión sobre esta infraestructura, cuya desaparición reclaman vecinos de la zona.