Más de 150 expertos en medio ambiente de gobiernos locales y autonómicos, empresas, instituciones y organismos internacionales como la Agencia Europea del Medio Ambiente o el Banco Europeo de Inversiones debatieron esta semana en un congreso en A Coruña sobre los problemas a los que se enfrentan las ciudades y las soluciones basadas en la naturaleza con las que se pueden regenerar. Adina Dumitru, coordinadora del encuentro y directora del grupo de investigación Persona-Ambiente de la Universidad, insiste en la interacción entre los distintos actores de una ciudad para impulsar proyectos basados en infraestructuras verdes.

- Empecemos por las conclusiones. ¿A qué problemas se enfrentan las ciudades?

-Hay una presión intensiva de la urbanización en todo el mundo. Hay problemas relacionados con el cambio climático, con olas de calor y riesgo de inundaciones. Problemas de salud por el incremento de las tasas de obesidad que determinan comportamientos asociados al sedentarismo por falta de estructuras en las ciudades que permitan la movilidad activa. Problemas de cohesión social, con una brecha cada vez más grande entre grupos culturales y socioeconómicos.

- Frente a todo esto, ¿la naturaleza como solución?

-Las soluciones basadas en la naturaleza y en el medio ambiente, no solo como algo que sirve para hacer más bonita y mejor una ciudad, sino también para revitalizarla económicamente. El medio ambiente se convierte en una aseguradora contra los riesgos económicos derivados del cambio climático.

- Diga algunos ejemplos.

-Son proyectos a distintas escalas (de calle, de barrio, de ciudad entera) que desarrollan infraestructuras verdes y azules para la conservación o recuperación de la biodiversidad a través de conectores verdes; techos o paredes verdes para aislar del calor y el ruido o promover una alimentación sostenible; soluciones temporales recuperando parques pop-up o pequeños oasis verdes en un barrio. Son soluciones distintas que abren un abanico grande para ciudades y regiones.

- ¿Esas medidas se experimentan o ya se están consolidando?

-En algunos casos se consolidan porque ha habido una experimentación intensa en los últimos tres años debido a inversiones de la agenda europea que promueven estos proyectos en ciudades, cuya regeneración pasa por incluir infraestructuras verdes. Son soluciones más efectivas en términos de coste que consiguen beneficios múltiples comparados con los de la infraestructura gris, que por otra parte no debe dejar de existir. Hay beneficios obvios, como la purificación del aire para disminuir problemas de salud. París, Londres o Copenhague están haciendo proyectos interesantes, pero también ciudades en las que no pensaríamos como Genk o Glasgow.

- ¿Cómo abordar estos proyectos verdes?

-Tienen que generarse a través de un proceso de cocreación, de cogeneración de conocimientos en el que deben trabajar conjuntamente las personas directamente afectadas por las soluciones que se desarrollen en los barrios, los expertos, las instituciones públicas y los grupos de interés de la ciudad que tengan que ver con el tejido empresarial.

- ¿De qué soluciones estamos más cerca y de cuáles más lejos?

-Hay mucha experiencia con soluciones como cinturones verdes alrededor de las ciudades, revitalización de cuencas de ríos que pasan por las ciudades y recuperación de corredores de biodiversidad. Donde necesitamos experimentar más es en soluciones a pequeña escala, como la generación de espacios verdes en barrios que estén conectados con espacios verdes de otros barrios. Hay soluciones relativamente sencillas pero no están bien puestas en práctica, como la purificación del agua de la ciudad a través de soluciones verdes sin la utilización de productos químicos.

- ¿Hacia dónde avanzan las ciudades?

-Cada vez hay más consciencia, que no quiere decir realidad, de que tiene que haber un trabajo conjunto y transversal de los distintos departamentos de una ciudad, de Urbanismo con Salud, de Movilidad con Servicios Sociales...

- ¿Las instituciones tienen esa misma consciencia cocreativa?

-Cada vez más. Pero ello consume tiempo y recursos, y necesita de ciertos procesos que aseguren que al final hay consenso. Las ciudades a veces tienen miedo al conflicto social que planes medioambientales pueden crear. Pero sin cocreación, sin interacción entre agentes, la inversión no vale la pena.

- ¿Qué problemas urbanos tiene A Coruña y qué soluciones serían válidas?

-Tiene una edificación intensiva en un territorio pequeño y dificultades para crear espacios verdes donde hay mucha construcción. Esos espacios son las soluciones más prometedoras. Conviene expandir el arbolado para crear esos corredores de protección de la biodiversidad y mejorar la calidad del aire. Hay iniciativas buenas como los huertos urbanos, la creación de sistemas de movilidad más sostenibles, el parque de Eirís y la mejora del entorno de la Torre de Hércules.