"Va a ser una actuación ejemplar para la ciudad", vaticina Enrique Urcola, decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puentes, sobre la demolición del viaducto de la ronda de Nelle que el Gobierno local pretende llevar a cabo. Para el representante de estos técnicos, la desaparición de esta infraestructura en el cruce con la avenida de Finisterre "sería un gran alivio y una mejora importante para la calidad de vida de los vecinos", aunque también advierte que antes de llevar a cabo el proyecto "tiene que hacerse un estudio de tráfico integral para ver cómo puede afectar quitar un paso superior en una intersección".

Urcola recuerda que el informe elaborado por el Concello, con el que considera viable el derribo del viaducto, aprecia una reducción del tráfico en un 30% en la ronda de Nelle a causa de la entrada en servicio de la tercera ronda, pero considera que antes de tomar la decisión sobre la supresión "hay que analizarla bien para que luego no se produzcan atascos importantes y la gente se arrepienta". El decano da por hecho que todos los vecinos que viven en las proximidades del viaducto son partidarios de que se elimine, pero se muestra convencido de que los que residen en ambos extremos de la ronda, Riazor y Cuatro Caminos, "pensarán que van a tener retenciones", por lo que estima que lo importante en este caso "es que la intersección funcione con el tráfico que esperamos que va a tener".

Al margen del debate sobre la solución del cruce entre las dos avenidas, Urcola destaca que los criterios sobre la ordenación de las ciudades "han cambiado con respecto a hace cuarenta años", momento en el que se construyó el viaducto de la ronda de Nelle.

"Antes el coche era el principal elemento que había que tener en cuenta en la ciudad y ahora pasamos a defender al que tiene que ser, el peatón, que es el principal usuario de las vías de comunicación", comenta el decano de los ingenieros de Caminos, para quien es necesario "potenciar el uso peatonal" del espacio público.

"Lo que queremos es que las calles se humanicen", explica Urcola, para quien las aceras tienen que ser más anchas y tiene que favorecerse el uso de la bicicleta porque "la importancia del vehículo tiene que ser menor que hace treinta o cuarenta años". En su opinión, los vecinos próximos al viaducto "tienen derecho a reivindicar porque les va a beneficiar muchísimo, desde hace cuarenta años tienen una estructura delante de sus casas que les impide la comunicación entre los dos lados".

El portavoz de los ingenieros descarta proporcionar una cifra del posible presupuesto que tendría esta actuación sin la elaboración previa de un proyecto, pero considera que no será muy elevado, ya que lo más costoso es el tratamiento de los residuos, aunque calcula que ni siquiera esta actividad tendrá mucha repercusión porque el viaducto está construido con hormigón.

Urcola advierte sin embargo de que si la obra no será complicada en su realización, sí será "molesta para los vecinos durante el derribo", aunque también resalta que una vez que concluya se van a beneficiar de ella y que además "hay bastante sistemas que pueden reducir las molestias".

Entre los perjuicios que causará la ejecución del proyecto si finalmente se pone en marcha es la afección al tráfico, que Urcola estima que será "bastante porque habrá que desviar el tráfico aunque no mucho tiempo porque es una obra rápida", por lo que calcula que el derribo durará "unos pocos meses", a lo que habrá que sumar la reordenación del cruce.

Los problemas que causa a los vecinos de la zona la existencia del viaducto intentaron ser resueltos en 2007 mediante la construcción de un túnel, una idea que este ingeniero califica de "muy buena porque mantenía el tráfico exactamente igual que con el paso superior".

Pero este proyecto tenía la desventaja de que si a los vecinos que tienen el viaducto les beneficiaba, a los situados en la zona de Santa Margarita de la ronda de Nelle les perjudicaba porque debido a la pendiente de la calle el túnel tenía que iniciarse allí, por lo que expresaron su protesta y la obra no llegó a realizarse, como recuerda Urcola.