Pablo López.A CoruñaLos cristales de las claraboyas de la escuela infantil municipal de Os Rosales sufrieron nuevos destrozos en sus cristales durante la noche del lunes al martes. La APA del centro denuncia que los ataques de los gamberros son frecuentes y piden al Ayuntamiento la instalación de verjas o muros que protejan el perímetro del edificio, una medida de seguridad que los padres de los alumnos ya habían acordado el pasado mes de junio, tras una reunión en la que analizaron los problemas ocasionados por el vandalismo.Los padres de los alumnos sospechan que los que cometieron el acto vandálico accedieron al tejado subiendo por el montón de escombros que, desde la finalización de unas obras, hay al lado de la salida de emergencia. "Para romper las claraboyas, que dan luz al interior y al exterior, tuvieron que subir al tejado. Puede subirse sin demasiada dificultad por los escombros que hay donde está la salida de emergencia", asegura el presidente de la APA, Francisco Javier Rivera.Rivera recuerda que lo ocurrido no supone una novedad ya que, desde la apertura del centro educativo de Os Rosales, el pasado mes de febrero, se han producido varias gamberradas. Días antes de las elecciones municipales apareció una pintada en la fachada, así como una luna rota en el interior de la escuela. Los incidentes continuaron el día 18 de junio, fecha en la que los vándalos pintaron de nuevo un graffiti en la entrada de la guardería. Al día siguiente, dos de las claraboyas del techo aparecieron estalladas. "Es frecuente que aparezcan destrozos. Esta es la segunda vez que rompen cristales y en esta ocasión no sólo rompieron el cristal exterior sino también el interior. Además, en la anterior ocasión rompieron sólo dos claraboyas y ahora han destrozado tres", informa.Las familias de los escolares denuncian que los individuos que provocan los desperfectos atacan el edificio incluso por las tardes, cuando los profesores todavía no han abandonado las aulas y los despachos.El crecimiento del fenómeno del botellón en las proximidades del colegio es visto por el personal del centro como el origen y la causa del vandalismo. Los responsables piensan que los destrozos son provocados por los jóvenes que se concentran en la zona para consumir alcohol que, después de emborracharse, cometen las gamberradas. "No sabemos exactamente quien fue pero cada vez hay más problemas con el botellón y con las drogas. Pienso que esto es la causa", lamenta Rivera.Aunque los afectados llamaron a la policía en varias ocasiones, Rivera cuenta que los agentes siempre llegan tarde, cuando los que hacen el botellón ya se han ido. "Los vecinos llamaron a la policía en varias ocasiones. Escuchan el ruido y pueden incluso ver el botellón desde las ventanas de sus casas", explica Rivera.El aumento de los actos vandálicos hizo que los responsables del centro llamaran al Ayuntamiento para trasladarse su preocupación pero, según cuentan, la administración todavía no ha tomado ninguna medida orientada a erradicar las molestias ocasionadas por los grupos vandálicos. "En el anterior escrito que mandamos le contamos al Ayuntamiento lo que pasaba pero nos dijeron que trasladarían nuestras quejas y peticiones a Educación y a la Policía Local. Hasta ahora todavía no han hecho nada. Ni siquiera han cambiado los cristales que rompieron la primera vez", lamenta el presidente de la Asociación de Padres y Alumnos.