Sara Vázquez.A CoruñaEl Mercado Medieval se inauguró ayer a las 17.30 horas con la visita de la marquesa y el pregón inaugural que dio un noble que la acompañaba, interpretación que corrió a cargo del grupo teatral La Recua. La marquesa y su séquito estuvieron acompañados por un grupo de gaitas, percusionistas árabes, un cetrero, una pareja de acróbatas y un malabarista. El concejal de Fiestas, Carlos González-Garcés, presenció la representación y abandonó la plaza una vez que el noble declaró inaugurado el mercado, no sin antes saludar a la marquesa.El paseíllo partió de Capitanía y fue hasta el centro de la plaza de Azcárraga, donde se detuvo para presentar a sus integrantes. Los presentes observaron una breve demostración de las habilidades de los diferentes componentes de este acto. El cetrero y la pareja de acróbatas, quizás por su rareza en relación a las gaitas o la percusión, acapararon la mayor parte de los flashes de los fotógrafos. El noble acompañante de la marquesa se encargó de declarar inaugurada la feria. Una vez que la comitiva se disolvió, una caravana conformada por siete pequeños burros comenzó a recorrer las calles próximas a la plaza. Fueron varios los niños que pronto se animaron a dar un paseo a lomos de los animales.La feria parece empezar con buen pie tras este noble arranque, a pesar del pequeño desorden de las horas previas. El presidente de la Asociación Comercial y Empresarial Ciudad Antigua - entidad responsable de la organización de la feria-, Adolfo López, no recibió confirmación del Ayuntamiento acerca del lugar en donde se celebraría la inauguración hasta pocas horas antes de que ésta comenzara.La plaza de Azcárraga y las calles aledañas están ya vestidas de época. A los banderines con escudos medievales característicos de la decoración de toda feria medieval se suman ya los olores de esencias, té, quesos... de los numerosos puestos. A las seis de la tarde eran muy pocos los rezagados que todavía no tenían su tenderete preparado para el público. Joyas, perfumes, dulces, cuadernos, muñecas, productos hechos con aloe vera y vasos de asta de toro son algunos de los múltiples artículos de artesanía que están a la venta en la feria. Los vendedores, convenientemente vestidos y metidos en el papel de comerciantes medievales, tratan de acaparar la atención de los que visitan el mercado.Los puestos están abiertos al público de 11.30 a 14.00 horas y de 18.00 a 24.00 hasta el domingo, día en que finalizará la feria.