Marta Villar .SadaEl alcalde de Sada ha retomado el proyecto que puso en marcha en 2003 y que no pudo concluir: convertir el promontorio donde se asientan las ruinas del castillo de Fontán en un mirador y por lo tanto en un atractivo turístico más de la villa. Los servicios municipales del Ayuntamiento concluyeron ayer las tareas de eliminación de la maleza tanto de la zona donde se ubican las ruinas como del saliente rocoso que se adentra en el mar. El Gobierno local además ya cuenta con el proyecto arqueológico y la próxima semana lo llevará, junto con el proyecto de ejecución de obra, a la Fundación Arao, entidad que ya ha adelantado al Concello que tiene garantizada la partida económica que le había concedido en 2003 y que no se gastó, unos 55.00 euros. La fundación además ha confirmado al Ejecutivo sadense que no tendrá que esperar a concluir las obras para recibir la subvención, sino que ésta ya será aportada en cuanto se liciten las obras, y la intención del Ayuntamiento de Sada es hacerlo en los próximos meses. El proyecto del equipo de Gobierno incluye limpiar las piedras de las ruinas y excavar alrededor de la cimentación además de elevar un poco los restos de los muros con el fin de que sea visible para los visitantes la estructura que tenía esta antigua batería de costa. También se instalarán paneles informativos en los que se explicará la historia de esta construcción. El castillo o batería de Fontán, al igual que el de Corbeiroa, se construyó a principios del siglo XVIII para proteger el puerto de Sada. Estos restos están catalogados. La importancia de estos elementos se evidencia en el propio escudo municipal, que incluye las dos torres. La iniciativa del Ejecutivo municipal responde a un proyecto personal del alcalde, Abel López, quien en su primer día como regidor en el año 2003 firmó ya el inicio de los trámites para adquirir esta finca e incorporarla al patrimonio municipal. El anterior Gobierno concedió en 2002 una licencia urbanística a una vecina para cerrar la parcela en todo su perímetro con el fin de levantar una pequeña vivienda. Las obras que ejecutó, que incluyeron excavación y explanación para asentar los postes del cierre en hormigón, no se ajustaron a la autorización concedida y el BNG y el PSOE denunciaron la situación ante la Xunta. En 2002 el pleno aprobó una moción de los socialistas en la que se proponía adquirir la finca para el patrimonio municipal. Al llegar el Bloque al gobierno en 2003 se iniciaron los trámites para cumplir el acuerdo plenario y se compró el terreno por 81.000 euros. El Ejecutivo entonces explicó que al Concello sólo le costó 6.000 euros, porque el resto del importe lo consiguió tras la venta de un aprovechamiento urbanístico por una urbanización en Veigue. A finales de ese año el Gobierno realizó una fiesta en la finca para celebrar que ya era municipal y tras conseguir que la Fundación Arao concediese una ayuda para adecuar el terreno y convertirlo en mirador. Tras la moción de censura el proyecto quedó en el olvido con el nuevo Ejecutivo pero tras el regreso de los nacionalistas, se ha recuperado el diálogo con la Fundación Arao que ha asegurado de nuevo la inversión para este proyecto que cuenta con una "gran carga simbólica" para el BNG, según ha declarado en varias ocasiones esta formación.