Tania Suárez.A CoruñaLos restos de la época romana hallados en la excavación arqueológica realizada en el edificio número 56 de la calle Riego de Agua corresponden, según afirma el técnico de gestión cultural de la Diputación y arqueólogo, Felipe Senén López, a una vía romana. "No es de extrañar que aparezcan restos en esa zona porque era el antiguo camino Real que llevaba al núcleo de la ciudad medieval, que estaba en la zona próxima a O Parrote y a la iglesia de Santiago", cuenta Senén López. El descubrimiento evidencia, según el técnico, "el interés que tenía este enclave en la antigüedad". El arqueólogo contratado por Antonio García, propietario del inmueble, para realizar las excavaciones en el local afirma que "no se pueden dar demasiados datos porque la intervención todavía no ha concluido". De hecho, se desconoce la fecha en la que están datados estos restos y, aunque el experto anuncia que algunos "es probable que pertenezcan a una puerta de la época romana", subraya que "es pronto para dar muchos datos porque hasta que no se abra más no se puede estar seguro de nada". La Xunta decidió exigir al propietario una excavación en área de la superficie ocupada por el edificio después de que se documentase la aparición de los restos arqueológicos el pasado 19 de julio. "Dadas las pruebas presentadas por la dirección técnica de la obra, en las que se recogen las tareas de consolidación estructural del edificio, de cara a garantizar la estabilidad del inmueble, señalamos la necesidad de ampliar la excavación", recalcan desde la delegación provincial de la Consellería de Cultura. La Xunta reconoce que, por el momento, se descubrieron "restos arqueológicos correspondientes a un área de ocupación de época romana, destacando estructuras de muros y pavimento enterrado". Sin embargo, subraya la necesidad de "ampliar las excavaciones". El propietario del edificio se muestra reacio al proyecto del Gobierno autonómico porque "si se trabaja cerca de las paredes de los edificios colindantes puede producirse algún derrumbe". Los restos romanos hallados en el inmueble están catalogados y enterrados. "De aquí no se van a mover. Si fuesen importantes, los llevarían al castillo de San Antón, pero lo único que hacen es taparlos para luego poder echarle cemento encima", comenta García, que denuncia "la falta de seriedad de la Consellería de Cultura" porque "no dice claramente qué hay que hacer". El propietario del edificio afirma que realizó las obras siguiendo "las pautas que marca la Administración", pero, ahora, dice estar "aburrido de tanto trámite". Felipe Senén López comprende la postura del dueño del bajo y subraya la necesidad de que "la Administración agilice los trámites burocráticos porque muchas veces van en perjuicio de la arqueología y de los propietarios". El técnico de gestión cultural de la Diputación recalca que "hay que buscar un equilibrio entre el pasado y el futuro".