El castillo de Fontán, un bien catalogado en las normas subsidiarias de planeamiento y que forma parte del Inventario del Patrimonio Cultural de Galicia, no figura en el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) de Sada que acaba de ser rechazado por tercera vez por la Xunta.

Este fortín del siglo XVIII, que incluso figura en el escudo del Ayuntamiento, no aparece en los planos ni en la documentación del actual plan urbanístico por el que apuestan los grupos de la oposición. Esta antigua batería y uno de los símbolos del municipio ha desaparecido del inventario de bienes a proteger y en el plan general urbano actual ni siquiera se señaliza la parcela en los planos, con su correspondiente calificación urbanística. Sin embargo, en la normativa urbanística anterior este castillo sí aparecía catalogado.

La Xunta, en el último informe negativo emitido el pasado jueves, advertía de que el PXOM que presentó el anterior ejecutivo local por última vez en 2006, incumplía varios artículos de la actual ley del suelo, entre ellos el 461.1, que advierte de que este plan debe tener como objetivo "favorecer la conservación y recuperación del patrimonio", así como de los "elementos arquitectónicos singulares".

La parcela donde se ubica este baluarte fue adquirida por el Gobierno cuatripartito en 2003 con el fin de destinarla a un uso público, de titularidad municipal. El regidor, Abel López, tras acceder de nuevo a la Alcaldía, retomó el proyecto que entonces no pudo concluir debido a la moción de censura: convertir el promontorio donde se asientan las ruinas del castillo de Fontán en un mirador y por lo tanto en un atractivo turístico más de la villa.

Recuperación arqueológica

El Ejecutivo sadense realizó el pasado verano las tareas de limpieza y acondicionamiento de la parcela para eliminar la maleza y encargó un proyecto arqueológico y otro de ejecución de obra para presentarlos a la Fundación Arao, entidad que concederá una subvención al Concello para realizar este proyecto una vez que se liciten las obras.

Un arqueólogo, Antón Malde, realizó los trabajos arqueológicos tras la limpieza de las piedras que formaron el antiguo fortín. También se iniciaron las excavaciones alrededor de la cimentación con el objetivo de elevar la altura de los restos de los muros con el fin de que esta estructura sea más visible para los futuros visitantes.

El proyecto del Concello también prevé la instalación de paneles informativos en esta parcela, en los que se explicará la historia de esta construcción. Este castillo, al igual que el de Corbeiroa, son los vestigios del pasado textil de Sada, cuando se montaron estas defensas con el fin de proteger una importante industria de un posible ataque por mar.

En el municipio existieron entre finales del siglo XVII y mediados del XVIII fábricas de jarcias y lonas, paños finos y manteles, una actividad fabril que convirtió a esta villa en un imperio textil en Europa.

Esta iniciativa del Ejecutivo municipal responde a un proyecto personal del alcalde, quien en su primer día como regidor en 2003 firmó el inicio de los trámites para adquirir esta finca e incorporarla al patrimonio municipal. El anterior Gobierno concedió en 2002 una licencia urbanística a una vecina para cerrar la parcela en todo su perímetro con el fin de levantar una pequeña vivienda.

Las obras que ejecutó, que incluyeron excavación y explanación para asentar los postes del cierre en hormigón, no se ajustaron a la autorización concedida y el BNG y el PSOE denunciaron la situación en su día ante la Xunta.