Siete cachorros, tres perros adultos y dos erizos fueron las víctimas mortales del incendio declarado ayer en una vivienda unifamiliar de la parroquia cullerdense de Orro. Otros tres canes tuvieron mejor suerte y lograron escapar de las llamas.

Un cortocircuito ocasionado por el mal estado del cuadro eléctrico fue el origen del fuego que afectó a la parte baja del inmueble ubicado en el número 73 de As Caíñas. El incendio se inició alrededor de las 16.45 horas en una especie de almacén situado entre el forjado de la primera planta y el subsuelo. Los periódicos y la ropa almacenada en este espacio y las tablas de madera con que estaba recubierto el forjado permitieron que las llamas se propagaran con rapidez.

El humo se filtró a la primera planta del inmueble donde se encontraban los animales que fallecieron por asfixia

La central de emergencias del 112 alertó a las 16.52 horas al parque de bomberos de Betanzos

-que desplazó un retén de cuatro efectivos con un camión autoescala y el nodriza- y al Servicio municipal de emergencias de Cambre. Al lugar del siniestro acudieron también dos patrullas de la Policía local del Ayuntamiento de Culleredo.

Los efectivos sofocaron las llamas, pero el mayor trabajo llegó con el desescombro necesario para remover los rescoldos e impedir con ello que se reavivara el fuego. La altura de algo menos de un metro del espacio que utilizaban a modo de trastero y la cantidad de objetos que lo llenaban dificultaron el trabajo de los servicios de emergencia. El almacén resultó calcinado y la primera planta de la casa, tan sólo afectada por el humo.

Los propietarios no se encontraban en el interior de la vivienda cuando se inició el fuego, pero estuvieron presentes durante la actuación de los servicios de emergencia.

Además de los trece perros y los dos erizos, los dueños de la casa cuidaban en ella de un poni y numerosos peces.