Tania Suárez.A Coruña

La Fiscalía solicita una pena de 17 años de cárcel para Olga C.A., de 48 años, acusada de matar a su suegra. La procesada, según el Ministerio público, manipuló dos de los tres envases del jarabe que le suministraban a la víctima, Jesusa S.C., de 94 años, añadiéndoles un potente plaguicida. El letrado de la acusada, Víctor Espinosa, defenderá en el juicio que se celebrará el lunes en la Audiencia Provincial de A Coruña la inocencia de Olga C.A., al considerar que no era responsable de sus actos porque padecía un trastorno mental.

La víctima, que convivía con su hijo, Gelasio V.S., y con su nuera en Carballo, presentaba algunos problemas físicos que, aunque carecían de gravedad, obligaban a Olga C.A. a prestarle algunos cuidados y a suministrarle los medicamentos que necesitaba. Algunas veces, según recoge el escrito del fiscal, otros parientes se encargaban de que la mujer asesinada tomase el jarabe, entre ellos otra de sus nueras, Dolores N.R..

En las Navidades de 2005 los hijos de la anciana acordaron que se trasladase a casa de su hija, Purificación V.S., con la que vivía cuando fue envenenada. Otra de las nueras de Jesusa S.C., Dolores N.R., fue en enero de 2006 a comprar tres frascos de jarabe para la víctima, que posteriormente entregó a su marido para que éste se los diese a la procesada, que era la persona que tenía que hacérselos llegar a Purificación V.S.. Unos días después, la hija de la anciana abrió uno de los envases del jarabe y, aunque asegura que no le olió bien, se lo suministró a su madre porque no era la persona que habitualmente le daba esa medicina.

Al transcurrir un rato desde la ingesta del jarabe, la víctima comenzó a vomitar y a sufrir temblores y parálisis parcial en las piernas. Purificación V.S. llamó inmediatamente al médico, quien al observar el estado en el que se encontraba Jesusa S.C. ordenó que la trasladasen al Complejo Hospitalario Juan Canalejo, donde falleció 11 días después como consecuencia del envenenamiento producido por la ingesta del plaguicida.

En el momento de los hechos, Olga C.A. recibía tratamiento psiquiátrico porque le diagnosticaron un trastorno depresivo sin síntomas psicóticos. Sin embargo, la Fiscalía considera que, al estar medicándose, la acusada conservaba intactas todas sus capacidades volitivas e intelectivas.

El Ministerio público refleja en su escrito de acusación que la nuera de la mujer asesinada se valió de otra persona para cometer el homicidio, por lo que la considera culpable de asesinato.

El fiscal solicita para la procesada una pena de 17 años de prisión y el pago de 10.000 euros a dos de los hijos de Olga C.A. en concepto de daño moral por la muerte de su madre. La víctima tenía cinco hijos, pero los otros tres, entre los que se encuentra el marido de la acusada y Purificación V.S., renunciaron a ser indemnizados.