Diego El Cigala no descansa o quizás es que no lo necesita. Desde la otra línea del teléfono se escuchan copas, conversaciones, risas? Será capaz de hacer la entrevista mientras está de tapas, igual que componer. Atendiendo a su admirado Picasso en la frase aquella de que la inspiración siempre le encontraba trabajando, parece que El Cigala trabaja todo el tiempo.

-La influencia de Cuba se sigue sintiendo en este disco, con la colaboración de Reinaldo Creagh, uno de los fundadores de la Vieja Trova Santiaguera. ¿Cómo surge ese vínculo con la tradición cubana? ¿Qué conexiones ha encontrado con la cultura cubana y latina en general?

-El vínculo surge por Bebo Valdés. Cuando lo conocí y viajé a Cuba, me enamoré. De su gente, del pueblo, de sus grandes músicos que han dado tanta gloria a Cuba y no han sido reconocidos. Y yo tenía una cuestión personal con el pueblo cubano, porque me gusta su swing, su feeling, su manera de tocar, de hacer música, porque el bolero y el danzón son música de verdad, como el flamenco. Tienen el mismo sentir. Los cubanos hacen guaguancó, cantan bulería y tocan guitarra desde los 5 o 6 años. Las conexiones con los gitanos se basan en que somos culturas muy parecidas en nuestra manera de sentir, vivir. Son hogareños, familiares, muy buscavidas, siempre improvisando? lo asemejo a la manera de vivir del gitano.

-¿ Lágrimas negras, Dos lágrimas? los títulos forman parte de una unidad o hay algo más?

-No, las dos lágrimas son las que ha podido derramar Cigala durante estos cuatro años y medio, después de Bebo, tanto de alegrías como de tristeza, emociones, engaños, desengaños? esas son las dos lágrimas, pero siempre hacia el lado positivo.

-¿En qué medida Dos lágrimas es continuación de ese Lágrimas negras?

-No lo veo tanto como una continuación. Se dice mucho que se completan, pero yo diría que esta es una apuesta más arriesgada, más Cigala, y más hecha en lo que a mí respecta. Este disco tiene estilos diferentes que en el anterior no se encontraban: rumbón, guaguancó, copla? en el anterior la única copla era La bien pagá. Desde Miguel de Molina han sido las grandes tonadilleras las que han cantado copla como doña Concha Márquez Piquer, Marifé de Triana, pero el hombre no. Era también una asignatura pendiente porque mi tío Rafael Farina cantó también la copla y siempre me ha gustado, pero llevándola desde mi punto de vista, como yo la veo.

-¿Y cómo la ve?

-Pues como la has escuchado tú (risas) ¿Cómo te ha sonado?

-Suena nueva, fresca?

-Eso, fresca, que siga sonando actual a día de hoy. Si te ha gustado María de la O es porque

suena nueva. Es una canción difícil porque se han hecho muchas versiones, y yo decidí cantarla desde una tercera persona. A María de la O siempre se la canta como ella misma o como una segunda persona pero desde la tercera ya es un nuevo punto de vista.

-En este nuevo trabajo reinterpreta esos temas del imaginario popular, como Dos gardenias, y los críticos hablan de "el vanguardismo del Cigala". ¿Se siente usted un innovador?

-Pues sí, un poquito claro que sí, aunque no dejo nunca de respetar mis raíces, el flamenco, nunca dejo de serlo. Me gusta investigar pero con elocuencia, con sentido, con sonidos del alma.

-Aunque versiona temas muy antiguos en una clave más

moderna, las nuevas generaciones se interesan por ese nuevo sonido ¿Por qué cree que está calando tan hondo entre los jóvenes el flamenco?

-Porque yo creo que es música de verdad, sin trampa ni cartón. Es transmitir. Llega muy rápido. Aunque la juventud no pueda entender lo que es una soleá, si se emocionan no tienen por qué ser unos eruditos. Si se emocionan con una soleá o con un guaguancó cantado por el Cigala, es una bendición. A mí me sirvió Lágrimas negras para que la gente conociera el resto de mis discos y se empezaron a escuchar los demás, como Picasso en mis ojos, Corren tiempos de alegría, pero fue Lágrimas negras el trabajo que dio paso a todos esa obra anterior. Espero que con Dos lágrimas pase lo mismo. La gente que no haya escuchado nunca al Cigala se podrá interesar.

-¿Y qué tenía Lágrimas Negras para motivar ese éxito internacional?

-Tenía la sorpresa ¿no? Como decía Bebo: "Canta como gitano que tú eres que yo tocaré el piano como cubano que soy". Yo creo que fue esa unión sorprendente.

-En Dos lágrimas recupera de nuevo los sonidos de Latinoamérica. ¿Tiene previsto continuar en esta línea de fusión en futuros trabajos? ¿Planea algún trabajo de flamenco más puro, más ligado al cante jondo?

-Sí, estoy preparando un disco de flamenco y otro con Montserrat Caballé que empezamos en septiembre. El disco de flamenco lo van a llevar Tomatito y Diego el Morao, un disco repleto de seguidillas, bulería, tango, fandango? más puro. Guitarra y palmas.

-El nuevo flamenco está muy vinculado a la figura de Camarón. ¿Las nuevas generaciones de cantaores han conseguido liberarse ya de ese peso de la comparación?

-Creo que no. Siempre está la comparación. Pero bendito sea si a mí me pueden comparar con Camarón, lo llevo muy felizmente. Era el que mejor cantaba.

-¿No cree que es un peso que puede impedir evolucionar al flamenco?

-Hombre, el que sea de ley respetará mucho a José pero buscará su camino, que es lo que me pasó a mí. Yo soy fanático de José, pero creo que Camarón no hubiera hecho lo que nosotros. Haría cosas muchísimo más grandes pero hubiera seguido en su línea de guitarra y cantando a día de hoy con una sabiduría pasmosa. Yo lo respeto muchísimo, creo que es el más grande que ha habido. Y aunque haga otras cosas no dejo de ser flamenco, cantando bolero sigo siendo flamenco.

-Los intérpretes más jóvenes se atreven con la reinterpretación del flamenco desde otros estilos musicales como el hip-hop. ¿Qué opinión le merece este tipo de fusiones?

-Es que la palabra fusión no me entra con el flamenco. El flamenco hip-hop, flamenco chill out, flamenco ensalada? (risas). No me gusta. El flamenco es tan enriquecedor por sí solo que no tiene por qué meterse en ningún parapeto de esta índole. Pero si es música del alma es muy distinto. Cuando te encuentras con músicos como Jerry González, entonces sí.

-Usted es gitano y canta flamenco. Si no lo fuera, ¿sería esa su vocación igualmente o es una pasión ligada a la raza?

-Sí, está totalmente ligada a la raza. Para cantar flamenco hay que ser gitano.

-¿Es otra manera de sentir?

-Sí, vamos, al cien por cien. Totalmente diferente, siempre con todo mi respeto. El gitano lo siente distinto. Es el medio de expresión del pueblo y del país, lo que lleva España por bandera.

-¿Por dónde le va a llevar las Dos lágrimas? ¿Tiene previsto volver a visitar Galicia?

-Pues me llevan por toda España, Europa y Latinoamérica? y a Vigo, que vamos en octubre.