La exposición "Magdalena Abakanowicz", que se prolongará hasta el 7 de septiembre, está formada por una docena de instalaciones realizadas entre 1973 y 2000 y ubicadas en la Galería 7 y en la explanada de este museo valenciano.

En sus esculturas, procedentes de la colección del artista de la Galería Marlborough de Nueva York y del Museo Nacional de Wroclaw de Polonia, recurre a materiales variados como el hierro, bronce, madera, resina y otros materiales textiles como nailon, sisal o arpillera.

Materiales con que se han elaborado algunas de sus esculturas más reconocidas como la serie "Figures", integrada por 80 piezas, y otras como "Embryologie", "Cabezas esquizoides", "Skull", "Abakan", "Giver", "Backs" y "The Cage", que no han sido exhibidas desde hace veinte años, ha asegurado en una rueda de prensa Marga Paz, quien junto a la directora del museo, Consuelo Ciscar, comisaria la muestra.

Consuelo Ciscar, a la que además acompañaba Magdalena Abakanowicz, en su intervención ha explicado que "el compromiso político, social y cultural adoptado por esta creadora hacen que sus modelos aparezcan en muchas ocasiones adoptando posturas desgarradas, provocadas probablemente por la revulsión de ciertas actitudes sociales".

"De ahí que el realismo que desvela su trabajo posea un paralelismo esencialmente humano con la obra de Kafka, ya que, sus figuras escultóricas, nos evocan a la destrucción mental del ser humano a través de las acciones más expresionistas cargadas de un lirismo tradicional".

Ciscar ha dicho que "Magdalena moldea tridimensionalmente sus obras, ya que quiere que éstas dialoguen con el visitante, cuya participación rotunda en expresar todavía más si cabe, el sentir de la propia naturaleza que les rodea".

Por su parte, Marga Paz ha resaltado la importancia de esta exposición que "es la primera retrospectiva que se celebra en España", y que reúne piezas que no se han exhibido desde hace más de dos décadas.

La comisaria ha recordado que su lanzamiento internacional se produjo a mediados de los sesenta, con obras que le permitieron saltar por encima de las barreras infranqueables de las fronteras de su país, con lo que pudo así superar la marginalidad de la situación artística de aislamiento de Polonia que se prolongó hasta la caída del telón de acero en 1989.

Magdalena Abakanowicz ha reconocido que sus esculturas son "la expresión de sus sentimientos y el deseo de plasmar algo que habla de los problemas de la vida contemporánea, de las preocupaciones del ser humano y de nuestra vida".

La artista polaca ha dicho que "el arte es la actividad menos dañina y la base del ser humano a lo largo de toda su historia".

Ha señalado que en sus esculturas refleja las emociones y sentimientos dramáticos, eróticos y tiene mucho que ver con la vida misma.

Ha comentado que "el arte siempre será la actividad humana más asombrosa, en al medida que surge de la lucha constante entre la sabiduría y la locura, entre el sueño y la realidad que habitan nuestra mente".

"El arte no resuelve problemas, sino que nos ayuda a ser conscientes de que esos problemas existes. Nos abre los ojos y despierta nuestra imaginación", ha señalado finalmente.

Magdalena Abarakanowicz nació en Polonia, en 1930. Se formó en la Academia de Bellas Artes de Varsovia, y a mediados de los años sesenta comenzó a realizar las obras que la harían famosa mundialmente al incorporar materiales considerados no artísticos y técnicas artesanales.