La exposición, que estará abierta en el Centro de Documentación del MACBA hasta el 27 de septiembre, ilustra los entrecruzamientos entre arte e implicación política que se dieron en la segunda mitad del siglo XX.

La piezas datan, en su mayor parte, del período 1960-1980, en el cual se produjo una transformación especialmente profunda de las formas artísticas.

A fin de mostrar algunos antecedentes históricos, la muestra arranca cronológicamente con dos 'tracts' surrealistas, dos textos de declaraciones de principios, fechados en 1933 y 1936.

Entre las publicaciones destaca un ejemplar de la publicación alemana "Konkret" (1961), cuya redactora jefa, Ulrike Meinhof, abandonaría en 1969 la revista para integrarse en el grupo armado Fracción del Ejército Rojo.

Las revistas "Internationale Situationniste" (1957-1969) y "The Situationist Times" (1962-1967) destacan entre las abundantes publicaciones puestas en circulación por la Internacional Situacionista para divulgar la intensa actividad teórica generada por el propio movimiento, que contrastaba marcadamente con el uso de las artes visuales.

El comisario de la exposición, Guy Schraenen, ha explicado hoy que la apropiación por parte de los artistas plásticos de recursos propios de la cultura popular, con el objetivo de simplificar sus mensajes y llegar a un público más amplio, fue "una constante en la historia del arte comprometido" y queda patente en "Ten Days that Shook the University", publicada en Estrasburgo en la antesala del Mayo del 68.

En la exposición se pueden contemplar algunas publicaciones que se podrían situar en el terreno fronterizo entre la poesía visual y el arte comprometido, como pueden ser la serie de materiales del grupo Textruction de París (1972) y la revista uruguaya "Ovum", en las mismas fechas.

Las derivaciones de estos usos del lenguaje son comunes en muchos artistas latinoamericanos que a lo largo de toda la segunda mitad del siglo, pero especialmente en los períodos dictatoriales de los 60 y los 70, fueron objeto de agresivas políticas estatales de represión.

"Las motivaciones para la creatividad lingüística en estos casos no eran únicamente estéticas -aclara el comisario-, sino que nacían en gran medida de la necesidad de burlar la censura y escapar del control gubernamental".

El mensaje "¡Basta de corturas!", de Clemente Padín, o dos revistas-caja de Edgardo Antonio Vigo: "Biopsia 2", en la que apunta contra la corrupción mediante el lema "Arroje aquí todo lo que corrompe" pegado en una bolsa de basura, y "Biopsia 4", que contiene un homenaje plástico a los desaparecidos durante la dictadura argentina.

La iconografía de los mapas es manipulada en numerosas ocasiones y también es frecuente la modificación creativa de documentos oficiales como el pasaporte y los mapas de Alfredo Jaar (1992), los dólares agujereados por balazos de "Bang, bang, bang: 3 billetes" (Samaral), los cruceiros brasileños manipulados por Cildo Meireles o la reinterpretación de la bandera alemana propuesta por KP Brehmer en el cartel "Korrektur der Nationalfarben" (1973).

A partir de los años 80, el arte se hizo eco de otras causas sociales y políticas como la ecología, la identidad étnica y nacional, la lucha contra el sida, la visibilidad homosexual o la marginación de las personas inmigrantes, o el rechazo a la guerra de Iraq y la denuncia del centro de detención ilegal de Guantánamo.