La genialidad, la creatividad y la imaginación forman parte de un artista, pero hay quien añade a esto también la locura. Si a alguien se le ocurriese la idea de colocar una planta en una carretilla y pasearla para que contemplase el paisaje todos pensarían lo mismo: "esa persona está loca". Pero si lo hace un artista la cosa cambia. Cosas que sólo un artista puede hacer es el título de la exposición que inauguró ayer el Museo de Arte Contemporánea de Vigo (Marco) y en la que se muestran las ocurrencias más disparatadas de doce creadores a partir de documentos y videoinstalaciones en un guiño del arte al humor.

La historia de la planta ya la ha materializado Wilfredo Prieto en la isla de Curaçao. ¿Se podría decir que los artistas se burlan del arte? "Es una manera de repensar su propio medio y negar ciertas formas de trabajar, pero no se burlan de los espectadores", coinciden David Arlandis y Javier Marroquí, comisarios de la muestra. "Son nuevas formas y expresiones que ven como algo natural y normal", añaden.

La exposición abarca una nueva forma de enfrentarse a su creación con la presencia del humor y en ella los artistas dejan de tomarse el acto creativo tan en serio. "Los creadores tienen licencia para llevar a cabo ideas disparatadas y sus proyectos se caracterizan por lo absurdo de sus acciones y el esfuerzo desmesurado por llevarlo a cabo", indican los comisarios.

El artista gallego Enrique Lista ha presentado su obra Un año de proyectos, donde recuerda que lo más importante del arte no radica en la manufactura, sino en las ideas. Así, en un calendario ubicado en las paredes del museo se ha ido colocando diariamente una idea que ha enviado por correo electrónico sobre posibles proyectos, todos ellos factibles. "Lo absurdo es que envío correo también los sábados y domingos y que no gano nada", asegura. Su obra se irá completando con el tiempo.

Por su parte, el colectivo Gelitin ha llevado a cabo una acción "infructífera" que recoge en dos tomos. Los artistas austriacos se pasaron toda una semana yendo y viniendo a la playa para hacer un agujero por la mañana y taparlo por la tarde. "Es un límite difícil de superar", afirman Arlandis y Marroquí. "Todas las obras van a los extremos y a lo más radical del arte", añaden.

La propuesta de Paola Pivi no se queda atrás. La italiana decidió fletar todo un avión para que peces de colores viajaran de Sidney a Auckland, en lugar de pasajeros, lo que ha supuesto un gran esfuerzo económico para la artista.

Un balcón es el protagonista de la propuesta del francés Julien Berthier; la instalación de Piero Golia recuerda su travesía en piragua por el Adriático; el vídeo y las fotos de Xu Zhen muestran la hazaña de 18 días de viaje a bordo de una furgoneta; Gianni Motti recorre durante más de 5 horas un túnel de 27 kilómetros; Aleksandra Mir fabrica un cohete; y Leopold Kessler conecta su corriente eléctrica con la de la escuela para no pagar luz. ¿Puede uno no reírse del arte?

La concepción del arte ha cambiado. El objeto material no lo es todo y eso se contempla en la exposición Cosas que sólo un artista puede hacer, inaugurada la semana pasada en Vigo. Doce artistas de diferentes nacionalidades muestran unas propuestas disparatadas en las que el humor está presente. La muestra permanecerá abierta hasta el 2 de mayo y después se trasladará al Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (Meiac).