Miembro de una ilustre familia del la gran pantalla, Pilar Bardem es una de las actrices más veteranas del cine español. La última película que ha rodado, La vida empieza hoy, una comedia sobre el sexo en la tercera edad, obtuvo ayer el premio de la crítica en el Festival de Cine de Málaga. El éxito es más notable si se tiene en cuenta que el filme tropezó con enormes dificultades para salir adelante.

-Su personaje representa la posibilidad de que las mujeres de la tercera edad puedan disfrutar de su sexualidad.

-El problema es que, en un momento, las personas de la tercera edad se convierten en invisibles; son los abuelos de los nietos, pero no se les considera personas con vida propia y, mucho menos, con vida sexual. Mi personaje, Juanita, que no tiene ni hijos, ni nietos, ni nada y que evidentemente no fue muy feliz con su marido, es una mujer de carácter agrio y va a estas clases por no estar sola, por ir con las amigas. La felicidad de los demás le abre la mente y ve que tiene razón la profesora de las clases de sexo: no es tanto la sexualidad, como la sensualidad. El mundo de las sensaciones se tiene siempre, porque nuestra piel arrugada es nuestra piel y sigue sintiendo lo mismo que cuando era joven.

-¿Le ha aportado algo este papel?

-Una alegría inmensa, porque adoro a Laura Mañá y la admiro desde que protagonicé su primera película, Sexo por compasión. Le cuesta mucho sacar sus trabajos adelante, como a todos los directores que tienen muy bajos presupuestos. Pero sé que trabajar con ella es una garantía, porque sabe muy bien lo que quiere, tiene una sensibilidad maravillosa y que todo lo hace de una forma muy fina y delicada. Aquí se tocan temas de sexo, pero de una forma muy tierna y exquisita.

-¿Tanto ha costado rodar y presentar el filme?

-Hace dos años, Laura me dijo que quería que yo hiciera este papel y yo, encantada. Y han sido muchos los problemas para hacerla... Lo que ocurre es que aquí se habla y se critica, porque en este país se desprecia profundamente la cultura; nos haría falta un poquito del chovinismo de los franceses. A la gente de la cultura, a los actores, nos odian cordialmente desde el no a la guerra; no sé por qué pero aquí hay un desprecio total. El cine español es como todos los cines, tiene películas buenísimas como Ágora o Celda 211y también malísimas como todos los cines, hasta el estadounidense. Lo que pasa es que el cine norteamericano tiene toda la distribución, así que aquí nos tragamos todas las buenas en paquetes. Para una buena te tragas veinte malas que quitan espacio en la cartelera y encima la española tiene que hacer una taquilla importante en la primera semana, porque si no, sólo dura siete días en pantalla y no la ve nadie. Es una situación que tiene que abordar el Gobierno.

-¿Pero la ley audiovisual aborda esta problemática?

-Sí que contempla muchas cosas, pero ahora resulta que las televisiones quieren esquivar la obligación de destinar el 5% de la recaudación a la producción de cine, cuando ya existe una ley de televisión sin fronteras que exige esto. Han conseguido manipular este asunto de tal forma que dedicarán ese 5% a series propias, cuando el cine les reporta mucho dinero, como es el caso de Telecinco con Celda 211, todo un éxito de taquilla. Ellos siempre quieren ganar.

-Ha llovido de todo con el encierro simbólico de varios artistas en apoyo a Garzón.

-Y seguirá lloviendo. Es ridículo que a este señor se le vaya a juzgar por prevaricación, sino que nosotros nos apoyamos en la ley de memoria histórica. Si a un juez que se atreve a abrir las fosas se lo van a cargar, ¡quién va a ser el guapo que venga después y se atreva a hacerlo! Muchísimos españoles no comprendemos esto.