'Guillermo Tell'

Festival de Ópera

El estreno en España de Guillaume Tell (versión original) en A Coruña es un acontecimiento histórico. El nivel general fue altísimo. Cierto que cuando se concitan doce cantantes, un coro mixto de cuarenta y ocho voces y una importante orquesta sinfónica no todo puede estar a la misma altura; pero el conjunto ha sido extraordinario, en gran medida merced a la dirección de tales elementos por Alberto Zedda. La energía, la vitalidad, el entusiasmo, la sabiduría, la precisión, la flexibilidad, y hasta la alegría -bien patente- de dirigir este capolavoro que tanto ama; todo ello electriza a los intérpretes y enardece a un público que se manifestó de un modo insólito cuando el veterano maestro saludaba. Ni el formidable tenor Kunde, ni el coro, ni la orquesta (que en sus manos parece la Filarmónica de Berlín) ni los otros intérpretes fueron aclamados de ese modo. Si Alberto Zedda ama profundamente a esta ciudad -él lo ha manifestado así-, la ciudad le corresponde con una absoluta entrega.

Perfecto, Kunde desde el comienzo hasta un final plagado de dos de petto; metal esplendoroso de heldentenor, identidad de registros, graves sonoros, centro lleno, agudos soberbios; el público le aclamó sin cesar. También fue ovacionado el barítono Stone, espléndido artista de voz muy bella, bien igualada; tal vez no sea la ideal para el personaje que exige un bajo-barítono o barítono dramático: los graves quedan un poco pálidos. Gran cantante, Olga Senderskaya: bellísimo timbre de lírica estricta, dulces inflexiones, modulación del fraseo mediante los reguladores de volumen, excelentes agudos; tal vez quede un poquito corta de proyección en los concertantes con voces tan poderosas a su lado.

Alexandra Rivas, mezzosoprano de voz homogénea, muy bien educada, plantea un problema similar de proyección y a veces también en el registro grave (el papel es para una contralto). María José Moreno resolvió muy bien la dificultad de encarnar a un personaje travestido (Jemmy) que debe cantar una mezzosoprano, no una soprano lírica. Alberto Feria es, por carácter vocal, un bajo profundo, de voz poderosa; hizo creíble al malvado Gessler. También Tordisco, que prestó nobleza al anciano Melchtal. Y los excelentes bajos, en papeles menores, José Antonio García y Riccardo Zannellato. Asimismo, los tenores Atxandalabaso (Un pescador), Svoboda (Un cazador) y Guerrero (Rodolfo); todos magníficos; el vasco ha revalidado la calidad de sus recientes actuaciones; el checo estuvo acertado y el franco-español, con su bella voz de lírico-ligero, anuncia ya lo que va a dar que hablar en poco tiempo.

Extraordinario, el Coro Nacional Checo; fue aclamado cuando su directora, Miriam Nemcová, salió a saludar. La Orquesta de Castilla y León, transfigurada bajo la batuta inspirada y vibrante de un Zedda inconmensurable.

Intérpretes: Mark Stone (Tell), Gregory Kunde (Arnoldo), Olga Senderskaya (Matilde), Alexandra Rivas (Hedwige), María José Moreno (Jemmy), Alberto Feria (Gessler), Elia Tordisco (Melchtal). Coro Nacional Checo. Orquesta Sinfónica de Castilla y León.

Director: Alberto Zedda