Como en Los lunes al sol -película en la que Celso Bugallo trabajó por primera vez con Fernando León de Aranoa-, el actor gallego vuelve a encarnar con esa sorprendente naturalidad a un personaje llamado Amador, anclado en la soledad aunque en circunstancias muy diferentes. En esta nueva película, Amador es un hombre mayor al que cuida Marcela (interpretada por la peruana Magaly Solier), una mujer inmigrante en apuros económicos que cree ver sus problemas resueltos. Pero a los pocos días Amador muere, dejando a Marcela en una difícil situación. Su fallecimiento le deja sin trabajo, y eso ella no se lo puede permitir.

-¿Qué es lo que le llamó la atención de este nuevo proyecto de Fernando León, cuando le propuso formar parte de él?

-Lo primero que me llamó la atención es que Fernando me llamara de nuevo. Eso significa que quedó satisfecho con mi trabajo anterior en Los lunes al sol y para mí era una gran alegría. Luego leímos el guión juntos y mi alegría fue en aumento. Es todo un regalo.

-Amador está postrado en una cama y, de forma inesperada, fallece. ¿Qué ha sido lo más complicado para sacar adelante a este personaje?

-Lo que más me ha gustado de él ha sido que llega a profundizar en su situación, como enfermo y como ser humano. Ve que la vida se le está escapando de las manos y lo afronta. Estar tumbado en la cama todo el tiempo ha sido un poco duro.

-También el Amador que encarnó en Los lunes al sol se daba cuenta de que se le iba la vida de las manos. ¿Qué más tienen en común ambos papeles?

-Bueno, son muy diferentes desde el punto de vista temporal y espacial; las circunstancias en las que viven son distintas, aunque es cierto que a ambos la cercanía de la muerte les induce a profundizar en la vida humana.

-Han pasado ocho años desde que trabajara por primera vez con Fernando León. ¿Han cambiado las cosas en esta ocasión?

-Fernando sigue siendo un director muy minucioso en su trabajo y, aún así, resulta delicioso trabajar con él. Siento que ha aprendido muchísimo en estos años y la relación humana con él sigue siendo estupenda.

-¿Y por su parte?

-Yo me siento diferente en cada película.

-¿Qué parte de concienciación social tiene la película?

-Yo creo que plasma muy bien las necesidades que tienen las personas que viven en situaciones parecidas a las de los protagonistas; tanto la mía, la de un hombre mayor dependiente, aunque no lo quiera admitir, como la de Marcela, que se enfrenta a un enorme dilema moral para poder salir adelante. Es fácil que muchos se vean identificados con estos personajes al límite y creo que la historia tiene un punto de reconciliación con la vida humana.

-¿Tiene algún nuevo proyecto entre manos?

-Estaba pendiente de una nueva película, pero se va a posponer hasta marzo.

-Parece que desde el éxito de Los lunes al sol y el Goya por Mar adentro no le han faltado trabajos en el cine, algo que muchas actrices de su edad aseguran que no es nada fácil.

-Yo no creo que sea cuestión de sexo. Todos los actores lo tenemos difícil, y más a nuestra edad y en los tiempos que corren. Yo he estado seis meses sin trabajar y tampoco sé muy bien lo que queda por venir.