Alice Cooper, que comenzó su carrera a finales de los años 60 bajo la protección de Frank Zappa, ha pasado al imaginario colectivo como un personaje oscuro, una especie de Vincent Price del rock, debido a que sus canciones y las complejas escenografías de sus conciertos tienen como base estética y temática en cine de serie B y los clásicos de horror de las productoras Hammer y Universal.

Su especial interés en la imagen que proyecta al público y su afán por crear espectáculos impactantes ha hecho que su legado musical no goce del respeto crítico que sí tienen los grandes artistas a quienes inspiró, como David Bowie y los Sex Pistols.

Junto a Frank Zappa, el Alice Cooper Group original -formado por el vocalista, cuyo nombre real es Vincent Fournier, Glenn Buxton, Michael Bruce, Dennis Dunaway y Neal Smith- registró dos discos sin trascendencia.

No fue hasta 1971, fuera ya de la influencia de Zappa y junto al productor Bob Ezrin, cuando la banda alcanzó la fama con el álbum Love It To Death, y el single Eighteen. Este trabajo dejó boca arriba las cartas del sonido que haría célebre a la formación: Alice Cooper practicaba un rock duro, afilado e inteligente, que incidía en la angustia adolescente y la crítica social como argumentos líricos.

Estéticamente, el grupo fue uno de los precursores del Glam y los espectáculos teatrales, y en su gira europea de 1971 presentaron un impactante show con profusión de plumas, confeti y un número estrella con una silla eléctrica. Uno de los espectadores de estos conciertos fue David Bowie, que tomó buena nota de la propuesta de Cooper para su futuro personaje Ziggy Stardust.

La banda original registró cuatro álbumes más con los que aumento fama y reconocimiento. El sonido del grupo ganó en sofisticación sin perder crudeza, y logró sonados éxitos como School´s Out y Elected, además de hacer unos conciertos cada vez más llamativos y complejos. La banda se fraguó además una sólida reputación de grupo peligroso con el límite como rutina.

En 1973, la formación original del Alice Cooper Group se disuelve, y Fournier comienza su carrera en solitario en 1975, con el álbum conceptual Welcome To My Nightmare. Este disco marca el inicio de la segunda etapa de Cooper, en el que abandona su lado más salvaje para convertirse en una figura popular.

En esta época era habitual ver a Cooper en programas televisivos como el show de Los Teleñecos, o en compañía de Elvis Presley, Frank Sinatra -que grabó una de sus baladas, You and Me- o Groucho Marx. Comenzaron también los problemas del músico con el alcohol.

Fue precisamente la estancia de Cooper en una clínica de rehabilitación la que le proporcionó las vivencias para escribir From The Inside, de 1978. Un año más tarde, Fournier giró su propuesta hacia el punk y la new wave. De esa época, el rockero asegura no recordar apenas nada, debido a una severa recaída en el alcohol.

Un Cooper ya rehabilitado reapareció en 1986 con el LP Constrictor, en el que se acercó al heavy metal , y que le reportó grandes ventas. Volvió a los grandes montajes escénicos con sus extravagantes números tradicionales: ahorcamientos, globos gigantes rellenos de confeti que el vocalista hacía explotar con una espada, y la aparición con una serpiente viva alrededor de su cuello.

El líder musical de la banda era Kane Roberts, un musculoso culturista que blandía una guitarra en forma de ametralladora que disparaba fuegos artificiales, y que contribuyó hacer del de Alice Cooper uno de los grandes espectáculos de la época.

El rockero logró en los últimos 80 alcanzar el estatus de leyenda viva, y su popularidad aumentó gracias a su aparición en la película El mundo de Wayne, y al single Poison, que fue un gran éxito en todo el mundo en 1989. Tras el disco The Last Temptation, de 1994, Alice Cooper dejó de lado las grabaciones y se concentró en sus giras por todo el mundo.

Vincent Fournier volvió a los estudios en 2000 para grabar Brutal Planet y su secuela, Dragontown, de 2001.

Dos años después, Cooper publicó The Eyes of Alice Cooper, para cuya composición y grabación se rodeó de una banda de jóvenes músicos liderada por los guitarristas Ryan Roxie y Eric Dover. El resultado fue un trabajo crudo y filoso, que mostraba al mejor Alice Cooper en años. El artista declaró que el éxito de grupos como The White Stripes y The Vines le habían espoleado para volver al rock básico que le dio la fama junto a su grupo original, y el resultado fue un álbum que muchos críticos consideraron la mejor grabación del músico desde Welcome To My Nightmare.

En 2005 llegó a las tiendas Dirty Diamonds, más elaborado que su predecesor, pero con resultados artísticos igualmente destacables. El último disco del artista hasta la fecha, Along Came a Spider, es más discreto y metálico que los anteriores, y en su correspondiente y espectacular gira registró el disco en directo que presentará en Santiago.

En lo personal, además de ser un fanático del golf, Cooper se declara profundamente cristiano -su padre era predicador-, y de ideología conservadora. El rockero recuperó la fe en su última y definitiva desintoxicación del alcohol, y no muestra ni el más mínimo problema en encarnar a un personaje tan oscuro como el que encarna en sus discos y espectáculos. Fournier, de 62 años de edad, afirma que él es un actor, y que cuando sube a un escenario se limita a interpretar el papel de un villano.