Gracias a Sarmiento y a Xoán Manuel Pintos los gallegos "somos como somos y defendemos lo que defendemos". El autor de A gaita gallega ha sido menospreciado (incluso por el propio Murguía) o tachado injustamente de "popular", pero lo cierto es que esa obra es todo un manual de la defensa de nuestra identidad y, más allá de eso, un valiosísimo código y un canon culto de la lengua gallega.

Son algunas de las conclusiones que expusieron ayer los académicos de la RAG en el plenario de honor que se celebró en Pontevedra, una ceremonia con la que arrancó oficialmente el Ano Xoán Manuel Pintos en el bicentenario del nacimiento de un autor todavía por descubrir.

Lo recordaba ayer el sociolingüista y ensayista Xesús Alonso Montero, uno de los cinco académicos convocados para glosar en el pleno público la vida y la obra de Xoán Manuel Pintos, antes de reclamar la reedición de A gaita gallega "porque a Pintos hay que editarlo bien y estudiarlo".

La jornada arrancó con una recepción oficial del alcalde, Miguel Fernández Lores, a los académicos en la nueva sede municipal de la calle Michelena. El presidente de la Real Academia Galega, Xosé Luis Méndez Ferrín, firmó en el libro de honor del Concello y recordó que la lección de Xoán Manuel Pintos (un profesional de clase privilegiada que en un hecho insólito defendió ya en el siglo XIX el uso de la lengua de su pueblo) continúa vigente y "aún hoy en muchos espacios no se consiguió el uso del gallego".

En su comparecencia ante los medios y acompañado de otros 15 académicos, Xosé Luis Méndez Ferrín se refirió a la polémica por los traductores del Senado: "Me parece raro que haya alguien normal que no entienda el gallego o el catalán", señaló antes de recordar que estas lenguas y el castellano "son muy próximas" y atribuir la oposición a "actitudes de militancia anti pluralista".

Momentos después el Teatro Principal fue escenario del plenario público en el que, siguiendo los estatutos de la institución, tomaron la palabra cinco especialistas en la obra de Xoán Manuel Pintos: el secretario de la Real Academia Galega, Xosé Luis Axeitos -que hizo hincapié en el papel del autor de A gaita gallega como precursor-, la pontevedresa Rosario Álvarez Blanco -encargada de analizar la obra tanto en su vertiente de defensa del idioma frente a ignorantes y detractores como en la de canon de la lengua- el ex presidente de la Academia Xosé Ramón Barreiro (al que correspondió detallar cómo se construyeron las teorías del hecho diferencial gallego) y, finalmente, el sociolingüista Xesús Alonso Montero.

Alonso Montero fue uno de los eruditos que reclamó que el Ano Pintos sirva para la revisión de este autor que en 1853 publica una obra clave que entronca (tal y como recordaron los demás académicos) con Sarmiento.

"Sarmiento es la fuente limpia de Pintos", subrayó también el presidente de la Academia, que recordó al despedir el pleno que este autor fue inferiorizado ayer y hoy observado de un modo diferente. "Estos actos están destinados a modificar ciertas ideas comunes, tópicos que deben ser abolidos, Pintos ya está conociendo esa reinterpretación que la mitad del siglo XX le debe".