Pilar Jurado se ha convertido en la primera mujer en estrenar una ópera en el Teatro Real de Madrid. Soprano, directora de orquesta y compositora, actuará este mes por primera vez en Galicia. El día 26 en el Teatro Novacaixagalicia de Vigo (con entradas entre 10 y 21 euros) y al día siguiente en A Coruña. En ambas jornadas, presentará Pilar Jurado, una voz de cine donde interpreta arias de ópera y canciones populares de las bandas sonoras más destacadas de la historia del cine, acompañada por un quinteto de jazz. Esta mujer afable asegura en esta conversación "fluir con la vida", al tiempo que reconoce su afán por trabajar. "Me cuesta trabajo decir que no a las cosas que me gustan".

-¿Recuerda la primera película que vio en el cine?

-(Aspiración) Pues no, era muy pequeña. Iba mucho al cine con mis abuelos. Sí recuerdo ver El planeta de los simios. Lo mágico del cine y de la música es la capacidad de emocionar.

-¿Es lo más difícil en su trabajo?

-Para mí, es lo más importante. Llegar al alma de los espectadores con el lenguaje de los sentimientos es realmente conectar a un nivel superior.

-Este nuevo espectáculo supone...

-Es un trabajo de muchísima calidad y, a la vez, muy comercial. Pensar algo para mucho público no implica que esté mermado de calidad o que sea ligero. Es un espectáculo con mucha emoción, con canciones que te llevan al séptimo cielo.

-Comienza por Libertango, carta de presentación de Piazzola ante el público europeo tras su llegada de Argentina.

-La interpretaremos como en la película Frenético de Polanski. Será particular porque este primer tema será fundamentalmente instrumental. Sólo que, al final, apareceré yo en el escenario.

-También incluye La vie en rose. ¿Ve su vida de ese color?

-Intento hacerlo todo del color de rosa que puedo; pero la vida tiene muchos colores y lo importante es tener en tu mano la paleta para poder matizarlos. En este momento, además, con todo lo que está ocurriendo con mi ópera en el Teatro Real sí que veo las cosas de color de rosa. No todos los días te dedican páginas en el New York Times.

-Unos días antes de estrenar dicha ópera, La página en blanco, aseguraba no tener miedo a las críticas ni del público. ¿No teme a nadie?

-Ya de pequeña cuando me daba miedo la oscuridad, en lugar de quedarme escondida, me levantaba e iba a encender la luz. La mejor forma de superar tus miedos es enfrentarte a ellos. En toda mi vida, me he enfrentado a mis miedos que poco a poco he ido perdiendo. En mi ópera, el gran premio sería que la gente estuviese contenta con el resultado y así ha sido. Estamos teniendo un éxito increíble. En palabras del director del Teatro Real, lo que ha ocurrido con esta obra no ha ocurrido jamás. Son pequeños milagros.

-El hecho de ser la primera mujer que estrena en dicho teatro, ¿cómo lo afronta?

-Intento llevarlo como si nada pero, realmente, es un hecho histórico. Me siento muy orgullosa y privilegiada de ser la primera mujer en estrenar pero el mayor privilegio es haber estrenado con éxito.

-¿Ser mujer le ha supuesto algún obstáculo en su carrera?

-Humm... Si lo veo de forma objetiva a lo mejor sí. Pero yo nunca he querido verlo así. No he consentido que hubiese discriminación por el hecho de ser mujer. He competido con hombres y he ganado esos concursos. Dentro de mí, tenía claro cuál era mi camino.

-Dicen de usted que es una antidiva como Plácido Domingo.

-Uno tiene que estar vivo en el escenario para demostrar lo que puede hacer pero cuando bajas de él, tengo tantas cosas que hacer, tantos frentes abiertos, que no tengo tiempo para poner una pose e interpretar un personaje. Yo soy una persona muy cercana y eso enriquece mi vida como artista. Lo más sencillo es ser yo siempre. Me siento orgullosa de esa capacidad de mostrarme tal como soy.