Concierto / Orquesta Filarmónica de Moscú

Calificar de excepcional el concierto es hacer estricta justicia a la feliz conjunción de orquesta, solista, director y público. La primera parte tuvo un alto nivel, aunque el alto calificativo aludido hubo de reservarse para la segunda. La obra de Dott, por decirlo con claridad, no gustó. Muchos directores actuales admiten de buen grado larguísimas partituras incoherentes, huérfanas de todo interés, pero que movilizan enormes masas sonoras y muestran que su creador tiene un gran sentido de la instrumentación. Una vez más, nuestro público supo aplaudir cortésmente, pensando sin duda en la brillante interpretación de la orquesta," a pesar de". Muy bien Oistrakh (nieto) en el concierto de Bruch: impecable afinación, sonido bellísimo. Orquesta y director, sobresalientes. El solista ofreció un bis: la Sarabanda, de la Partita nº 2, BWV 1004, de Bach, donde destacó el perfecto fraseo y la claridad de expresión. Segunda parte: sólo escuchar cuatro notas de la sinfonía nos dimos cuenta de que nos hallábamos en el ámbito de lo excepcional. Simonov, que ya había mostrado una riquísima y original gama de gestos y movimientos, se vació por completo en la obra; los profesores le siguieron ciegamente en la aventura de desentrañar la trágica dimensión de esta partitura poderosa y bella. Sus semblantes reflejaban toda la intensidad con que estaban viviendo el momento. Y el público, cautivado, se mantuvo en un impresionante silencio hasta que, concluida la sinfonía, estalló en una aclamación memorable. Luego, los aplausos rítmicos (hasta dos veces), las exclamaciones, el arrebatado entusiasmo, la puesta en pie. Simonov dio hasta cuatro bises (tres de El lago de los cisnes, de Chaikovsky; el cuarto, una Danza húngara, de Brahms) y se mostró en verdad conmovido por las excepcionales manifestaciones con que un gran público supo valorar lo excepcional.

Intérpretes: Valery Oistrakh (violín). Orquesta Filarmónica de Moscú.

Dirección: Yuri Simonov.

Programa: Hans-Peter Dott, 'Scherzo'; Max Bruch, 'Concierto nº 1 para violín y orquesta en Sol menor', opus 26; Rachmaninov, 'Sinfonía nº 1', en Re menor, opus 13. Galicia Classics