A punto ha estado de ser descolgada por segunda vez. Una pintura de gran tamaño del artista pontevedrés Manuel Moldes, que ya fue censurada en la Bienal de Pontevedra de 1985 al mostrar desnudo y boca abajo a un crucificado -que la Iglesia y los creyentes identifican con la imagen de Jesucristo- ha reabierto la polémica en Santiago de Compostela. La imagen es tachada de "poco afortunada, de dudoso buen gusto y capaz de ofender la sensibilidad religiosa" por el Arzobispado.

La obra forma parte de Casus Belli, una exposición que se puede ver en el Auditorio de Galicia, y que aborda precisamente los conflictos que se crean en la percepción de las obras por parte del público debido a causas como la censura o el choque con las prescripciones morales de la época.

El Arzobispado mostró su desagrado por la exposición Casus Belli y la tachó de "dudoso buen gusto" y "capaz de ofender la sensibilidad religiosa" de los creyentes , por lo que difundió un comunicado de repulsa.