La entrevista es con Russian Red, pero quien realmente se pone es Lourdes Hernández, la sencilla y simpática veinteañera madrileña que en 2008 se convirtió en musa del indie-folk español con su debut en inglés, I love your glasses. La artista ya ha comenzado la gira de presentación de su esperado segundo álbum, Fuerteventura.

-Este martes actuó en la FNAC de Callao, en Madrid. ¿Cómo recibe él público las nuevas canciones?

-Muy bien, me causó buena sensación cantarlas en acústico, ante un público que acababa de comprar el disco ese mismo día. Estoy muy contenta con la acogida.

-Y el mes próximo estará en China y Japón. Iba a llamar el disco Home tonight, En casa esta noche..., pero de dormir en casa, poco.

-Barajaba llamarlo así tras la experiencia del primer disco y la gira. Volver a sentirme como en casa, regresar al hogar. Luego quise reconocer más las canciones a través del título, y Fuerteventura me encajaba mejor.

-¿Lleva banda completa?

-Llevo banda, con la excepción de Pontevedra, por un problema de absentismo (ríe). Charlie Bautista y Manuel Cabezalí estaban comprometidos con otros proyectos y no podrán venir, y vendrá un solo guitarrista. Va a estar muy bien.

-¿Conoció en Galicia a Eladio Santos, que hoy será tu telonero en el concierto que ofrece en Pontevedra?

-Sí. Toqué con él en un concierto y vino de técnico para mi concierto en La Fábrica de Chocolate poco después. No he podido escuchar su disco (de Eladio y Los Seres Queridos), pero en los largos periodos de furgoneta aprovecharé.

-¿Sus canciones son ahora menos acústicas y más de banda, ahora que actuará en espacios más amplios?

-Hay canciones en el disco bastante acústicas, sin acompañamiento de banda. La idea no era hacer un disco más de banda por actuar ante más público, sino una evolución natural del sonido por la banda que tenía durante la gira. Empecé a oír mis canciones de otra manera y eso me condicionó a la hora de plasmar los temas en el disco.

-El primer single, I hate you but I love you, suena a los años 50...

-Así es. Me gusta más la música con ese sonido nostálgico y familiar, más que el pop más actual.

-The sun, the trees sobresale por su pop alegre, con un tempo más rápido que el resto de sus temas.

-Totalmente. Surgió de otra manera, pero al llevarla al estudio Stevie Jackson, el guitarrista de Belle & Sebastian, quiso llevarla a su terreno. A todos nos gustó mucho el resultado.

-Entonces los músicos de Belle & Sebastian han influido también en el estilo del disco.

-Claro. Hacíamos un ensayo previo de la canción, teniendo en cuenta lo que habíamos grabado Charlie Bautista y yo en la maqueta, y al estar acostumbrados a tocar sus canciones, lo llevaban a su terreno. Hay una aportación directa y muy evidente de su música. No puedo estar más contenta con el resultado.

-¿Era fan de ellos?

-Sí, imagínate el subidón cuando me dijeron que si quería grabar con ellos. Fue como... '¿¡Perdón!?' (ríe).

-¿Se sintió cohibida?

-Sí, estaba muy cortada. Cuando poníamos las maquetas necesitaba salir del estudio por la vergüenza (ríe). Estaba muy callada y me preguntaba si a ellos realmente les gustaba y si querían estar allí. Pero se implicaron mucho en las canciones, les gustaron mucho, y eso ayudó a elevar mi autoconfianza.

-¿Seguirán colaborando en el futuro, tal vez en directo?

-Sí, tenemos que recuperar el contacto. Ya lo hablamos en su día y creo que algo saldrá.

-Los temas del disco Nick Drake y Tarantino, ¿son homenajes a sus héroes?

-Sí. Tienen algo tan único en lo que hacen que generan tendencia. Tarantino no hace música, hace cine, pero la forma que tiene de elegir las bandas sonoras hace que yo me autorreferencie a él. Y en el caso de Nick Drake, igual. Ha formado parte de mi vida durante mucho tiempo.

-Y fichar por una multinacional como Sony, ¿en qué la cambiará?

-En cuanto a la gestión y los medios, por supuesto que cambia. Pero a nivel de decisión sobre la dirección de mi música o mi imagen, no. Hay pequeñas luchas internas, pero todo con mucha coherencia y respeto. Estoy muy contenta. Somos un buen equipo y nos entendemos.

-¿Y la fama? ¿La paran por la calle?

-Vivo una vida bastante tranquila. Fuera de Madrid, cuando estás de gira, notas que la gente está más pendiente. Pero en Madrid pueden pasar meses sin que la gente me reconozca por la calle.