En el año en el que se conmemora el centenario de su nacimiento -y el trigésimo aniversario de su muerte- de moralmente obligado cumplimiento se presentaba la aparición de una digna antología que proyectase hacia el universo de las letras en castellano el, a su vez también, universo literario de Álvaro Cunqueiro: "Maestro de la parodia y de la transgresión, cultivador de la memoria deformante, sutil narrador de delicadas pero atrevidas escenas eróticas, exquisito gastrónomo, buen catador de vinos, defensor infatigable de la fantasía frente a la realidad -escribe el periodista Miguel González Somovilla en la introducción-, Álvaro Cunqueiro construyó un universo propio, inconfundible, inimitable. Un mundo que empieza, pasa y termina casi siempre en Mondoñedo, la gran referencia, principio y fin. Un espacio tan verdadero como imaginado: Mondoñedo, la vieja Vallibria. Un reino literario del que formaba parte el propio Cunqueiro como un personaje más, con vida propia".

Novela, cuento, poesía, teatro... De este material se surte este Cunqueiro literato aquí reflejado en una recopilación entre la que sorprende hallar una pequeña obra teatral semidesconocida, Rogelia en Finisterre, y, como no, agrada sobremanera que el recopilador, Xosé María Dobarro, no se hubiese olvidado de esas píldoras maestras contenidas en las semblanzas, género que cultivó, además de en los periódicos, en volúmenes con títulos como como La otra gente, Tertulia de boticas prodigiosas y escuela de curanderos (Escola de menciñeiros) e Historias gallegas. El primer volumen de esta antología, dedicado íntegramente a la narrativa, incluye Merlín y familia, Las crónicas del sochantre, Las mocedades de Ulises, Cuando el viejo Sinbad vuelva a las islas y Flores del año mil y pico de ave, en tanto el segundo, en el que el espectro se abre a los otros géneros cultivados por el mindoniense, nos encontramos, además de las mencionadas, con un hombre que se parecía a Orestes, con Vida y fugas de Fanto Fantini della Gherardesca, con El año del cometa con la batalla de los cuatro reyes, con Elegías y canciones (su único poemario escrito originalmente en castellano) y con Crónica de la derrota de las naciones (Fragmentos). "La lectura atenta y sin prejuicios de la de la amplia selección de sus títulos en castellano que aquí se ofrece -afirma Miguel González Somovilla- permite descubrir -o redescubrir, porque Cunqueiro admite muchas vueltas- a un creador de talento y originalidad excepcionales".

La condición de escritor bilingüe, sus vaivenes políticos, sus causas y azares biográficos, sus (presuntas) conexiones con el realismo mágico latinoamericano, las acusaciones de "autor escapista" que cayeron sobre Álvaro Cunqueiro son, entre otras, cuestiones abordadas también por Miguel González Somovilla en este texto introductorio en el que, leemos, "más allá del acierto o de la equivocación de las múltiples interpretaciones realizadas en torno a su obra, que van desde las psicoanalíticas hasta las estructuralistas, Cunqueiro no defraudará a quien se adentre sin prevenciones en su mundo maravilloso, anacrónico en apariencia, creíble e inverosímil a la vez". El editor ha preferido no seguir un orden cronológico sino que, a excepción de esa salvedad de optar por que el primer tomo estuviese dedicado íntegra y estrictamente al Álvaro Cunqueiro narrador, se ha dejado guiar por un criterio subjetivo y un tanto anárquico, algo por otra parte muy natural si consideramos la obra cunqueirana como una especie de círculo libertario. Ello, no obstante, no será óbice (más bien todo lo contrario) para que, cual sostiene Somovilla, "el lector que se acerque por vez primera a los títulos que se ofrecen aquí experimentará el placer de estar ante un autor fascinante y cautivador, diferente". Resalta Somovilla, por último, la coherencia de la obra cunqueirana, una coherencia basada en la fidelidad "a sus principios literarios"; porque aunque fuere cierto que, "como cualquiera, él también deseaba el reconocimiento", jamás cayó en el error de tener "prisas por llegar y pertenecer a ese incierto mundo llamado posteridad".