Todo el mundo protesta por el elevado precio de la gasolina, pero, aunque está de actualidad, esta queja no es una novedad. En 1945, cuando Eduardo Barreiros logró que a su empresa constructora Becosa le fuesen adjudicadas las obras de construcción de un dique de cuatro kilómetros en Castellón de la Plana, se dio cuenta de que seis pesetas por litro eran excesivas si quería sacar rentabilidad al proyecto, así que empezó a pensar y a trabajar para conseguir transformar en diésel un motor de gasolina Krupp.

Y lo logró -y con ello los primeros pasos para la construcción de un imperio que llegó a tener 20.000 trabajadores- a pesar de que los ingenieros de su época decían que era imposible. Esa palabra no figuraba en su vocabulario, según se desprende de la tv-movie Eduardo Barreiros, o Henry Ford galego, la producción que la coruñesa Continental presentó ayer en Santiago y que recorre unas cuatro décadas de la vida de este empresario ourensano, hasta el momento en que Chrysler se hace con el control de su marca, cuando se ve obligado a emprender negocios diferentes y, posteriormente, retomar la fabricación de motores diésel en Cuba, donde falleció, en La Habana, en 1992.

Es Simón Casal quien se pone por primera vez de largo -cortos ya ha realizado varios- tras la cámara para narrar la vida del Barreiros niño que comienza a trabajar como cobrador en el coche de línea en el que su padre invirtió los ahorros de su periodo como emigrante en Canarias, el adolescente que empieza a trabajar como aprendiz en un taller de mecánicos de Ourense por dos pesetas al día y, finalmente, el adulto que consigue levantar un imperio de motores y luego camiones a pesar de que las simpatías del régimen franquista se inclinaban más por apoyar a su competidor, Pegaso.

Del Barreiros adulto se encarga el actor gallego, también afincado en Madrid, como el personaje al que da vida, Manu Regueiro, quien confesó ayer que su mayor interés no residió tanto en forzar su parecido físico al personaje, sino en captar su "esencia": "su fuerza y su cabezonería, de querer algo e ir a por ello". "Eduardo Barreiros es un mundo. Cuando empiezas a profundizar en él, ves que es de armas tomar", señaló. También concedió que la producción no hace énfasis en la vida personal del hombre que creció en Gundiás porque "estaba todo el día trabajando". No obstante, añadió, "sin su familia no sería nada" y "también lo hacía por ellos".

El guión -de José Luis Acosta- está basado, explicó el realizador, en la biografía del empresario ourensano escrita por Hugh Thomas, auspiciada por la Fundación que lleva su nombre en Madrid. Precisamente la presidenta de la entidad, hija del empresario, Mariluz Barreiros, asistió ayer por la noche, junto al conselleiro de Cultura, Roberto Varela, a la proyección realizada en el Teatro Principal de Santiago. Para Simón Casal, que quiso sacar a la luz la historia de un personaje "desconocido" para muchos jóvenes, la aprobación de Mariluz Barreiros tras ver el metraje -"le gustó cómo comprendimos la historia"- es "muy importante".

El productor Pancho Casal explicó que su interés era "hacer una película histórica" cuyo argumento, además, "tiene un paralelismo grande con lo que pasa ahora en España, en un momento en el que tal vez pudiera cundir el desánimo", explicó, en alusión a la crisis. En ese sentido, la vida de Barreiros fue un ejemplo de cómo desde una situación muy "desfavorecida", él trabajó, "se enfrentó al establishment del franquismo, que lo veía como un outsider", y llegó a ser el sexto empresario de Europa.