La camarera Sade Anding, con quien el doctor Conrad Murray tuvo una relación sentimental, testificó este martes en el juicio por la muerte de Michael Jackson te que el médico, acusado de homicidio involuntario, hablaba con ella por teléfono en los momentos finales del cantante.

Anding declaró que Murray la llamó a las 11.51 de la mañana del día 25 de junio de 2009 y tras un intercambio de saludos ella comenzó a contarle cómo le iba el día, hasta que se dio cuenta de que su interlocutor había dejado de escucharla.

"Oí ruidos, balbuceo y tos", dijo Anding, que tras unos minutos tratando de hablar con Murray decidió colgar y llamarle, aunque ya no obtuvo respuesta.

La testigo, que conoció al médico cuando trabajaba como camarera en un local de Houston en Texas, indicó que fue incapaz de identificar el origen de los sonidos al otro lado de la línea, o si la tos era del doctor o de otra persona.

Michael Jackson falleció el 25 de junio de 2009, si bien se desconoce con precisión la hora a la que sufrió la parada cardiorrespiratoria.

Según los analistas, el testimonio de Anding mostró el momento en el que Murray -que pasaba las noches en casa de Jackson, donde le administraba fármacos para dormir- se percató por primera vez de que su paciente tenía problemas.

Entre la conversación de Murray con Anding y la llamada a los servicios de emergencias que realizó el guardaespaldas del artista, Alberto Álvarez, pasaron 30 minutos.

La Fiscalía trata de demostrar al jurado que el que fuera médico personal de Jackson cometió una "flagrante negligencia" en el cuidado del creador de "Thriller" y sus acciones le convierten en responsable directo del fallecimiento del cantante.

Michael Jackson murió por una sobredosis de medicamentos, en especial por el efecto de un potente anestésico de uso hospitalario de nombre propofol que el doctor admitió haber dado al cantante antes de que perdiera la vida, si bien no en una dosis letal.

La defensa de Murray aseguró que fue el propio artista quien, debido a su condición de adicto a los fármacos, aprovechó un descuido del médico para administrarse el exceso de propofol, una sustancia que él mismo llamaba su "leche".

Durante la jornada de hoy pasaron por la Corte Superior del condado de Los Ángeles otras dos de las parejas sentimentales del médico, cuya vida privada fue puesta en evidencia por la acusación, si bien el tribunal ha limitado la información al jurado sobre los hábitos del doctor.

Murray, de 58 años, es un hombre casado que ha tenido siete hijos con seis mujeres diferentes y al que la Fiscalía intentó mostrar como una persona que frecuenta clubes nocturnos y le gusta flirtear con jóvenes.

Por el estrado pasaron Michelle Bella, trabajadora de un local nocturno, y Nicole Álvarez, actriz de 29 años y madre del hijo menor de Murray.

Álvarez conoció al médico en el club Crazy Horse de Las Vegas, donde ella ejercía de bailarina exótica, y mantuvo una relación que le llevó a convivir con él en Los Ángeles en 2009, cuando Murray era ya el médico personal de Jackson.

La testigo indicó que Murray le comentó que estaba cuidando al "rey del pop" y que llegó a conocer al artista, quien se interesó por su hijo, nacido el 2 de marzo de ese año.

Murray telefoneó a Álvarez cuando iba en la ambulancia con su paciente rumbo al hospital para alertarle de la situación y que "no se preocupara", según dijo la mujer.

Álvarez afirmó que tenía planes para viajar con Murray a Londres cuando iba a cuidar de Jackson en los conciertos que tenía programados en la gira "This Is It" que comenzaban en julio.

El galeno pagaba el alquiler de Álvarez y recibía en ese domicilio los envíos de propofol para Jackson.

Tras pintar a Murray como un mujeriego ante el jurado, la acusación llamó al farmacéutico Tim López, quien suministraba al cantante sus pedidos de propofol y de benoquin, una crema para blanquear la piel que se emplea habitualmente en personas con vitíligo, enfermedad que padecía Michael Jackson.