Si quienes (todavía) compran discos son cuarentones a los que les gustan más los matices de la música clásica que la energía del rock, ¿por qué no contentarles? Así podría describirse la fórmula que explotó el año pasado Sting en su Live in Berlin, y que ahora adopta Peter Gabriel con New Blood (Sangre nueva), álbum que ha salido a la venta esta misma semana. Grandes éxitos y otros temas del repertorio de Gabriel grabados con una gran orquesta.

El disco incluye clásicos como In your eyes, Don't give up, Mercy street y Red rain, todos ellos pertenecientes al disco de mayor éxito de Gabriel, el magistral So (1986). Además, cortes más recientes como Digging in the dirt y The nest that sailed the sky, así como temas de principios de los 80, como la atmosférica San Jacinto, The rhythm of the heat y el primer gran himno del músico inglés en solitario, Solsbury hill, tema incluido como bonus track.

Conocido por tomarse su tiempo entre álbumes inéditos -publicó su último trabajo con canciones nuevas, Up, hace la friolera de nueve años-, el músico británico es de todo menos prolífico. El exlíder de Genesis ha destacado más en este siglo XXI por su activismo pro derechos humanos y sus actividades multimedia -es un adalid de la música digital- que por su producción musical. Su anterior trabajo, Scratch my back (2010), consistía en versiones de temas de varios artistas (David Bowie, Radiohead, Arcade Fire, Neil Young...), interpretadas solamente con voz y orquesta.

Ahora el cantante y compositor de Surrey profundiza en esa idea, contando con el mismo arreglista, John Metcalfe, y una orquesta de 46 músicos dirigidos por Ben Foster. La consanguinidad de este álbum con Scratch my back queda indicado por el hecho de que la gira de ese anterior proyecto se llamaba The New Blood Tour. Para dichos espectáculos se adaptaron temas de Gabriel con arreglos orquestales, y de ahí surgió la vena de New Blood. Fuera guitarras y baterías.

El repertorio de 12 cortes de New Blood elude dos de los más éxitos más emblemáticos de Peter Gabriel, como el apabullantemente funky Sledgehammer o el emotivo alegato anti-apartheid Biko.

El álbum se abre con la impresionante The rhythm of the heat y se cierra con la citada Solsbury hill, precedida por cinco minutos de sonido ambiente grabados precisamente en la colina del condado de Somerset, cerca de Bath (Inglaterra), que da nombre a la canción. Una cursilería superflua, si se quiere, que no menoscaba la calidad del resto del disco.

En el apartado de colaboraciones destacan las de la hija de Gabriel, Melanie, y la noruega Ane Brun, que pone su voz trémula en sustitución de la de Kate Bush en la célebre balada Don't give up.

New blood está disponible, además de en formato digital y CD sencillo, en doble CD con doce versiones instrumentales y Blood of Eden como tema extra. También se puede adquirir en vinilo de 180 gramos.