La decisión de la Xunta de retirar las ayudas a las fundaciones y asociaciones ha caído como un jarro de agua fría en numerosas instituciones gallegas. Algunas entidades sobreviven exclusivamente gracias a las subvenciones de la Consellería de Cultura y alertan sobre el riesgo de desaparecer si no consiguen financiación, precisamente en una época de crisis en la que encontrar patrocinio privado se antoja una tarea muy complicada.

La Consellería de Cultura considera "necesario priorizar los trámites de aquellas ayudas que ya estaban concedidas y no contraer nuevas obligaciones presupuestarias, lo que no significa que no se retomen esas ayudas en 2012". Por ello, retirará las subvenciones que había prometido en mayo, impidiendo que se presenten nuevas peticiones de ayudas, pero confirma que la convocatoria se volverá a realizar el año que viene, "ajustándose a la disponibilidad presupuestaria". A pesar de los recortes, Cultura afirma que este año lleva repartidos ya 455.000 euros en ayudas a fundaciones y asociaciones, y dice que no habrá problema con las subvenciones y convenios ya adjudicados.

La presidenta de la Fundación Luis Seoane, Silvia Longueira, explica que tienen un convenio con la Consellería de Cultura -mediante el que reciben 70.000 euros- y que desconoce "si esos 300.000 euros que retiran incluyen también los convenios", pero confía en suscribir, a final de año, un nuevo convenio. "Las ayudas de la Xunta son muy importantes y hay fundaciones que viven exclusivamente de ellas, con esta retirada lo van a pasar muy mal y corren el riesgo de desaparecer", dice Longueira.

La Fundación Granell, en Santiago, ha comenzado a organizar actividades para el público con el objetivo de recaudar fondos. Su directora, Natalia Fernández, explicaba hace unas semanas que en estos momentos existe una necesidad imperiosa de generar ideas para mantenerse, y afirmó que desde la Fundación temían que alguna de las administraciones que hasta ahora aportaban alguna subvención a la fundación del pintor coruñés, como el Ayuntamiento o el Consorcio de Santiago, la Xunta o la Diputación de A Coruña, dejase de hacerlo. En aquel momento, la Fundación puso en marcha también otra iniciativa con la que el público puede colaborar aportando seis euros.

"Las ayudas públicas son esenciales para nosotros; son nuestra única vía en muchos casos. Mientras no cambie la actual ley de mecenazgo, el apoyo privado es muy limitado ya que al no desgravar más que una parte no les interesa", destaca Javier Buján, director de la Fundación Laxeiro. Buján admite que "en Galicia hay demasiadas fundaciones pequeñas que, aunque son muy útiles, es difícil mantenerlas a todas" por lo que cree necesario un cambio de gestión. También Gustavo Garrido, gerente de la Fundación Carlos Casares, apuesta por ese cambio de ley y propone una mayor colaboración entre instituciones para la organización de actividades. "Si compartimos gastos se pueden hacer más y mejores cosas". El conselleiro Roberto Varela destacó el lunes -en la presentación del informe sobre fundaciones elaborado por el Consello da Cultura Galega- su intención de crear una ley de mecenazgo que exonere de impuestos a empresas privadas que participen en las fundaciones. "La solución pasa por aquí", dijo.