El cine y las revueltas están cambiando la imagen de la mujer árabe tanto en sus países de origen como en Occidente, indicaron ayer las actrices Yasmine Al Massri y Najla Said y el actor Michael Desante, integrantes del jurado del Festival internacional de cine euroárabe Amal.

La francopalestina Al Massri, una de las protagonistas de la película Caramel, de la directora libanesa Nadine Labaki, indicó a Efe que la aportación cinematográfica de mujeres en todos los ámbitos de esa profesión está modificando los clichés de su actitud de sumisión en una sociedad machista.

Tras los atentados en EEUU hace ahora diez años, las mujeres de los países árabes han comenzado a tener un "papel más activo en la sociedad" y, con la reciente crisis económica, en la que "muchos hombres han perdido su trabajo", ellas han adquirido una mayor relevancia social al tener que buscar ocupaciones. Destacó que hay un incremento de familias árabes de clase media que en los últimos años han invertido en la educación de sus hijas, en enviarlas a estudiar "cine, teatro, danza, comunicación política" en capitales occidentales, y ha surgido una "nueva generación más abierta" que empieza a cambiar la imagen de mujer sumisa.

También la actriz y guionista Said señaló que "en Estados Unidos todavía hay mucha gente que quiere ver historias de terroristas" en las que las mujeres tienen un papel secundario. Por otra parte, el largometraje La salida del Cairo y el documental Esta es mi tierra Hebró figuran entre las favoritas para los premios del festival, que se entregarán hoy en Santiago.