-¿De qué trata Carcajada salvaje?

-La obra está inspirada en una terapia que se hace en algunas grandes ciudades del mundo, concretamente, yo estoy en Nueva York. La terapia consiste en que las personas en vez de hacer un psicoanálisis porque no tienen tiempo, dinero o ganas, van a un teatro se suben a un estadillo y se vacían hablando de su vida, de sus problemas, de sus neurosis y de su patología particular. Y también a este teatro acude un público que se selecciona dependiendo del tema que se trate, puede ser la cleptomanía, la agorafobia, u otras de las mil patologías que hay. Esta función es la mujer que sube y cuenta sus problemas y un hombre que sube y cuenta sus problemas y al final se encuentran, pero eso ya no lo cuento porque es el final.

-¿Cómo es el personaje que interpreta?

-Es una mujer que está ya muy mal de la cabeza, está más allá, ya no cabe en la realidad, choca con la realidad, y trata que el mundo sea como ella quiere. Y tiene respuestas a veces muy graciosas y, a veces, agresivas a los obstáculos que le pone la vida.

-Presentó esta obra hace 18 años. ¿Qué supone volverla a subir a escena?

-He cambiado en 18 años mucho, porque en estos años de vida has tenido muchas cosas buenas, muchas cosas malas y te han pasado por delante y por dentro mil cosas nuevas que te han hecho madurar, sin duda ninguna. Te han hecho ganar cosas y perder cosas, en una palabra, te has convertido en una persona veinte años mayor. Y eso que la experiencia no se tiene nunca, por muy experto que sea un chaval de veinte nunca tendrá la experiencia de uno de sesenta, eso es imposible, es la vida. La vida hay que vivirla, y saber que eso va a ocurrir. Por tanto, la comedia la hago desde otro punto de vista, la hago con mucha más angustia, lo cual produce mucha más risa del público. La otra era más delicada, aquí está viendo que se viene el final de la vida y está agresiva. Y todo eso es el punto de encuentro y de desencuentro con ella misma, es lo que le hace reír al público.

-¿En estos momentos de crisis es necesario soltar una carcajada salvaje para seguir adelante?

-La carcajada salvaje es una frase de Beckett en Los días felices. La protagonista dice 'una carcajada salvaje en medio de la más dolorosa aflicción', y esto sí que tiene que ver con la realidad. Pero en tiempos de crisis uno no se ríe, uno se ríe en medio de la más dolorosa aflicción.

-En Carcajada salvaje comparte escenario con Javier Gurruchaga. ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con él?

-Muy buena. Javier es un tipo con una personalidad grande, es muy creativo, muy simpático y muy buen compañero. Con él me siento muy bien.

-Muchas actrices opinan que es muy difícil trabajar después de los 40 en el cine. ¿Cree que hay machismo en la gran pantalla?

-No, creo que nuestra profesión es una de las profesiones donde hay menos machismo, porque los hombres no están por encima de las mujeres, ni por físico, ni por edad, ni por talento. Los hombres son iguales que las mujeres. Además, ahora se va viendo cada día que la gente mayor tiene muchas cosas que contar y mucha experiencia.

-Además de produciendo obras teatrales, ¿en qué proyectos la encontramos actualmente?

-Llevo produciendo 15 años teatro, y ahora he estado rodando una película en México. En España no hago tanto cine porque ya tengo otra edad y porque se produce muy poco ahora.

-¿En qué medio se encuentra más cómoda?

-En todos los medios, ya a estas alturas no me es difícil ningún medio solo me preocupa el texto, el director y los compañeros, claro.

-En los años ochenta interpretó un papel bastante rompedor en la serie televisiva Los gozos y las sombras. ¿Qué supuso este papel para su carrera?

-Mucho, estaba en una etapa en que era una mujer que era un poco mayor para papeles de jovencita y muy joven para hacer papeles de mayor. Ese papel me sacó de la cuneta.