La Berlinale arrancó ayer con la Toma de la Bastilla, la madre de todas las revoluciones, en versión algo light, aunque sexy, y con Diane Kruger en el papel de una María Antonieta perdida en Versalles mientras el pueblo reclama su cabeza.

Adiós a la reina, de producción francoespañola y dirigida por Benoît Jacquot, abrió el desfile de las 18 aspirantes al Oso, centrada en la reina Kruger, aunque los ojos del filme sean los de su doncella, Sidonie (Léa Seydoux). "Mi María Antonieta no es la reina terrible, tiránica y vacía. Es una mujer perdida, que no sabe en qué dirección huir", afirmó Kruger, para añadir que tampoco ve a su personaje como una caprichosa lésbica, pese a que ello apunta el filme de Jacquot.

Su reina versallesca aparece primero como una boba Paris Hilton, que reclama a su chocolatier, reparte su mejor perfume a Sidonie para aliviarle las picaduras de los chinches y le confiesa su amor por la duquesa de Polignac (Virginie Ledoyen).

En el París de julio de 1789 no había blogueros, pero la Toma de la Bastilla corrió como la pólvora. Lo relevante para una revolución no es el canal de difusión, sino "el polvorín social creado por déspotas que se creen inexpugnables", resumió Jacquot. La Europa en declive de hoy y los abismos sociales del resto del mundo son caldo de cultivo para nuevas explosiones, añadió, con o sin brecha digital entre su población.

Adiós a la reina brindó una primera alfombra roja más sexy que trepidante, para una Berlinale consagrada, por voluntad de su director, Dieter Kosslick, a hablar de todas las revoluciones. Kosslick ha incluido esa temática en todas las secciones del festival -en que se proyectarán unos 400 filmes- y al cometido de recompensar al cine más comprometido parece predestinado el jurado, presidido por el director británico Mike Leigh.

El cineasta británico estará custodiado en esa misión por la actriz francesa Charlotte Gainsbourg y la alemana Barbara Sukowa, así como el estadounidense Jake Gyllenhaal, el director iraní Asghar Farhadi -Oso de Oro de 2011 con Nader and Simin. A separation-, su colega francés François Ozon y el escritor argelino Boualem Sansal.

"La Revolución Francesa fue la madre de todas las revoluciones. Nosotros, sus hijos, debemos preservar ese espíritu", dijo Sansal. El escritor argelino dijo ser consciente de estar ahí, pese a no ser "hombre de cine", por la voluntad de Kosslick de poner lo que ocurre en el mundo árabe, un año después de la caída de Hosni Mubarak y otros dictadores, en el objetivo de la Berlinale. Al filme de Jacquot seguirán otros como Cesare deve morire, de los italianos Paolo y Vittorio Taviani, y Dictado, del español Antonio Chavarrías. La lista de candidatas incluye filmes orientados a la temática predeterminada por Kosslick, con especial atención a África, como Aujourd'hui.

Invitados destacados sobre la alfombra roja serán Javier Bardem, con el documental Hijos de las nubes. La última colonia, centrado en el conflicto del Sáhara, y Antonio Banderas, al que se le espera con Haywire, de Steven Soderbergh. Meryl Streep recibirá el Oso de Oro honorífico.