-Sexorama, la serie que dibuja en El Jueves, aborda el sexo desde el humor. Supera las 250 páginas y acaba de salir el segundo álbum. ¿Qué teme más: que se le agote la libido o la inspiración?

-(ríe) La inspiración. Pero he comprobado que siguen saliendo temas. Llevo cinco años con la serie y te das cuenta de que los temas más obvios no los has tratado.

-El Jueves ha pasado en unos años de exhibir a la (desnuda) Chica del Viernes a contar con varias dibujantes e incluso estar dirigida por una mujer (Maite Quílez). A ver si va a ser la revista que mejor refleja la evolución social española.

-Tal vez. Me parece muy bien que se incorpore a mujeres dibujantes, se echaba en falta. Ya hay un grupo de chicas haciendo humor, y muy bueno, como Triz o Clara Soriano. Así hay diversidad de puntos de vista.

-¿Ellas pueden abordar temas de una forma que, por la corrección política, un hombre no podría abordar?

-Más bien aportan visiones distintas. Sexorama intenta dar leña a ambos bandos, pero a fin de cuentas es una visión masculina. Soy un hombre y sería ridículo evitarlo. No creo que por ser chicas puedan estar al margen de lo políticamente correcto. Es algo que vas toreando según puedes, seas hombre o mujer.

-Creó en 2011 la editorial ¡Caramba!, especializada en tebeos de humor. Con lo arriesgado que es el mercado del cómic y en plena época de 'con-la-que-está-cayendo'... ¿por cuál de las dos circunstancias le tacharon más de insensato?

-Por ambas (ríe). Pero es ahora cuando merece la pena hacer cosas nuevas y diferentes. Pese a la-que-está-cayendo, era el momento de un proyecto como ¡Caramba! que usa internet como punto de venta y promoción y las redes sociales, que crean grupos de gente con intereses similares. ¡Caramba! habría sido inviable hace tres años.

-Pero por muy 2.0 que sea, hace tebeos en papel, a la antigua usanza, no virtuales.

-Sí, me lo dijeron el otro día, en la charla que ofrecí en Camon, dentro de Unicómic. Es que al papel le quedan muchas cosas por decir. Se pueden hacer muchas cosas chulas en papel. Y falta tiempo para que publicar cómics digitales en España sea rentable, aunque lo acabaremos haciendo, quizá reeditando lo publicado en papel. El libro digital es un formato infinito, pero es que nos gustan los libros como objeto: los puedes tener, atesorar, acariciar...

-¿Por qué repuntan los cómics? ¿Por la etiqueta 'novela gráfica'? Hasta las editoriales literarias los están publicando.

-En parte, es por la etiqueta. Ha sido clave para que la gente se acercara, porque la palabra cómic les echaba para atrás. Pero además de etiqueta, la novela gráfica es un movimiento, algo que no se hacía años atrás. Además de que las editoriales literarias estén publicando, se nota en las grandes superficies, donde la sección de música se ha ido reduciendo y la de cómics, ampliando.

-¿El cómic podrá combatir a los piratas?

-Yo opino que cuando las barbas de tu vecino veas cortar... La suerte del cómic es su carácter físico; la música, al final, solo la escuchas y el objeto da igual. El cómic puedes leerlo en una tableta, pero con la tecnología actual la experiencia no es idéntica. La música ha reaccionado recuperando el objeto: vinilo, ediciones de coleccionista... Pero el problema nos acabará llegando y hay que poner remedio antes.

-El Jueves tiene 35 años. ¿Qué es más raro: que dure tanto o que no haya más revistas satíricas?

-Ambas cosas, pero El Jueves se ha hecho con una base de lectores muy fuerte y es difícil igualarlo. Es complicado que aparezca una revista ahora, cuando se cierran revistas y periódicos. Y El Jueves sigue ahí.

-Su cortometraje 85.12.30 está triunfando, y ahora publica el cómic más largo del mundo.

-85.12.30 es una idea que tuve y fue como una liberación, tras tantos años dibujando. Ha gustado y está entre los más vistos. Creo que repetiré la experiencia...