Las dos profesionales encargadas de restaurar el eccehomo de la iglesia del Santuario de la Misericordia de Borja (Zaragoza), arruinado involuntariamente por una anciana en un intento de frenar su deterioro, aseguran que el repintado amateur en ermitas e iglesias rurales es una práctica "muy habitual".

Así lo reconocieron las dos restauradoras, Encarnación Ripollés y Mercedes Núñez, propietarias de la empresa Albarium, a quienes el patronato de la Fundación Sancti Spiritus, depositaria de la obra, ha encargado el trabajo de recuperar la pintura original, una pieza menor dibujada a mediados del siglo pasado sobre la pared del templo.

Dada la repercusión mediática del repintado hecho por la restauradora aficionada, cuya imagen icónica recorrió el mundo a través de los medios y de las redes sociales, las dos profesionales consideran que cabría tanto eliminar el repintado, como conservar ambas imágenes.

Aunque desconocen todavía si el estado del muro permitiría llevar a cabo esta última opción, son conscientes de que la operación de conservación de ambas imágenes sería una operación de mayor riesgo, más costosa y más larga en el tiempo.

Núñez explicó a este respecto que, si no se hubiera producido la "ola mediática" que sacudió las redes sociales al divulgarse el trabajo de la restauradora aficionada, la propuesta de su empresa hubiera sido eliminar el repintado, pero admite que ahora hay otros factores en juego para valorar. Las profesionales remitirán su informe de intervención el próximo lunes y esperarán la decisión a adoptar por los depositarios de la obra.

Si la opción se limita a eliminar el repintado, los trabajos se podrían llevar a cabo en un plazo de dos semanas, pero si se opta por la conservación de las dos imágenes podría ser más de dos meses.