Una Blancanieves muy peculiar envenenó ayer al Festival de San Sebastián al no contar el cuento de siempre, ya que la osadía de Pablo Berger es abordar el relato de los hermanos Grimm desde una óptica ibérica, torera, muda y en blanco y negro que ha sido ovacionada y ya suena a premio.

"Quiero ser un hipnotizador. Cuando cuente tres, dos, uno... vais a entrar en el mundo de Blancanieves y que no salgáis hasta que diga ya", dijo Berger en una rueda de prensa donde se pudo palpar que su operación ha sido un éxito y en la que estaba rodeado de todo su reparto: Maribel Verdú, Ángela Molina, Inma Cuesta, Daniel Giménez Cacho y Macarena García.

De todos ellos, y contradiciendo al cuento, la más bella del reino o, al menos, la que acaparó todas las miradas y los aplausos, fue una villana de lujo encarnada por Verdú. "Es una madrastra top model, la única que no quiere ser la más bella, sino la más famosa. Es un personaje patético, como muchos de las revistas del corazón. Solo quiere cambiarse de peluca y de vestido. Las de Charlize Theron y Julia Roberts son maravillosas, pero esta lo es más", concluyó Verdú, visiblemente satisfecha con su interpretación.

Pero Berger, además, quiso resaltar que ese look que define como "Hollywood ibérico", fue posible gracias a un equipo técnico compuesto por 539 personas, entre ellos el director de fotografía Kiko de la Rica, que han permitido estrenar una película que se gestó en 2005 y por la que ha luchado contra viento y marea.

Blancanieves se estrena en las pantallas españolas el 28 de septiembre y sabrá un día antes si es elegida para el Oscar y el Ariel.

San Sebastián también contó ayer con la presencia del actor Ben Affleck, que asegura que ha "copiado" el cine de los 70 en su tercera película como director, Argo, basada en una historia real ocurrida durante la crisis de los rehenes de Irán, y en la que Affleck interpreta a un miembro de la CIA al que se encargó el rescate de seis estadounidenses retenidos en la embajada.