Pablo Milanés está, a sus casi 70 años, "un poco regularcito" aunque "listo para trabajar" por eso no ha querido esperar más para retomar la gira por España que tuvo que suspender en marzo por una hernia y lo hará desde mañana con su nuevo disco, Renacimiento, un homenaje a la cotidianeidad cubana.

El pasado 5 de marzo, Milanés (Bayamo, 1943) tenía previsto actuar en Madrid pero tuvo que ser operado de urgencia de una hernia umbilical, que podía derivar en una peritonitis, y debió suspender la gira programada. "Estoy un poco regularcito pero yo creo que ya está todo superado y preparado para retomar parte de aquella gira que tuve que interrumpir. Solo se han podido rescatar tres de las actuaciones pero estoy muy contento", dice.

En estos meses de convalecencia, que han transcurrido entre Cuba y el municipio gallego de Mazaricos, donde vive con su cuarta esposa, la historiadora Nancy Pérez, y sus mellizos de tres años y medio, ha estado "muy creativo" y ha terminado completamente el CD con el que rompe su silencio discográfico de cinco años.

Lo ha terminado pero, admite, aún está "en proceso de fábrica" y falta "un tiempito" para que vea la luz. A su cuadragésimo sexto trabajo ha querido llamarle Renacimiento pero solo de forma provisional porque, relata, tiene que "consultar si no está demasiado repetido".

Aún así, lo mismo le deja ese título porque, dice, implica muchas "resurrecciones": las de su trabajo, la música y su propia persona.

Pero también es, apostilla, "un gran homenaje" a la música cubana a lo largo del tiempo, por eso de los diez temas seis son "expresiones" propias de los ritmos de su isla como el changüí guantanamero, los sones barrocos o la conga, y el resto melodías "más contemporáneas". Entre estos últimos dedica un tema, Dulces recuerdos, al día en el que se legalizó el PCE en España -el 9 de abril de 1977, el Sábado Rojo-. En Renacimiento vuelve, como en el anterior, Regalo, a ser crítico con la situación en su país y a contar "la cotidianeidad" cubana, aunque con "otro lenguaje, otras reflexiones, una mirada, en cierta forma más noble". Le aburre hablar de política y Cuba. "Prefiero no adentrarme en la situación política -dice- pero no porque el tema esté agotado, sino porque yo estoy agotado del tema": "Las cosas siguen igual, tratando de resolver problemas cada día y con muchísimos emprendedores, pero no salen porque hay una burocracia muy fuerte".

"Los trovadores somos cronistas de lo que ha acontecido y de lo que pasa y no deberíamos callarnos ninguno para que nunca se borre".