En 1997, un anuncio de la Radical Fruit Company cambiaría la vida de cuatro músicos madrileños y la discoteca de miles de melómanos. En él, un apuesto Lancelot llegaba hasta lo alto de una torre para salvar a una naranja princesa que finalmente acababa devorando a ritmo de guitarras grunge y una voz femenina que decía I lied for you. Era Devil came to me, el primer éxito del grupo Dover que cumple 20 años con una gira 100% rockera.

Dover ha optado por volver a los orígenes para celebrar sus dos décadas de vida. La formación ha decidido apartarse del camino de los sonidos electrónicos del Follow the city lights y de la onda africana y mixta de I ka kené para iniciar una gira de homenaje al Devil came to me, donde solo habrá cabida al rock. En Galicia, habrá dos paradas: el día 2 de febrero en Le Club, en A Coruña tras tocar en la jornada anterior en La Iguana Club de Vigo.

"Tocaremos los temas tal como están grabados. Como es un disco de unos 33 minutos de duración, vamos a rellenar el concierto con otros discos de rock anteriores al cuarto álbum", explicaba ayer Jesús Antúnez, batería del grupo.

Él junto a las hermanas Amparo y Cristina Llanos se mantiene fiel a la banda, cambiando únicamente con los años el bajo, instrumento que en la actualidad toca Samuel Titos. La gira actual se inició el pasado fin de semana en Valencia y Castellón con las entradas agotadas. "Hace más de diez años que no tocábamos el formato rock. Hay mucha gente que reclamaba este retorno. Esos dos conciertos han sido emocionantes", detalla Antúnez.

El tour recuerda no solo el comienzo de la banda, el 4 de octubre de 1992 sino también los 16 años del Devil came to me, el segundo álbum del grupo pero el que los mostró al gran público a finales de los 90 con cinco discos de platino. El autor de la portada de aquel disco fue el propio Antúnez. "Yo -explica- trabajaba como ilustrador en un medio de comunicación. Un día coincidí con Julio Ruiz que trabajaba en la sección de deportes. Oí su voz y le pregunté si era el de Disco grande. Me dijo que sí y le di una maqueta. Después, llegaría el contrato con Subterfuge (un sello independiente mítico de los 90) que editó Devil came to me, cuya portada hice yo".

Dicha cubierta dio pie a leyendas urbanas como la que aseguraba que la imagen del demonio era la foto de José María Aznar, el entonces presidente del Gobierno. "La portada la hice a partir de una foto vieja de un campino rumano tomando una cerveza en un bar. Me preguntaban si era Aznar, pero no, no era. Yo pinté la foto, le puse los cuernos... Jamás volveré a hacer una portada tan buena como aquella", suspira el músico quien discrepa con las críticas lanzadas contra el grupo por su última etapa más eléctrica.

"El problema de las críticas en este país es que las llevan al terreno personal; por eso, causan una sensación de malestar general. No es normal que por hacer un disco que no gusta a determinada gente esta insulte al personal. No lo entendemos", reflexiona Jesús Antúnez en voz alta sobre este tema a través del teléfono.