La debilidad de un sacerdote de la catedral de Santiago, con acceso al Archivo y que usaba los tesoros incunables allí guardados como señuelo para sus amantes, es uno de los engranajes que permite a la Policía acceder al cerrado mundo de la curia para investigar y resolver el robo del Códice Calixtino en la primera novela escrita precisamente por el juez instructor de la causa, José Antonio Vázquez Taín, y que verá la luz en unos días.

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