Un discurso bello, íntimo y emocionante. El pintor Din Matamoro (Vigo, 1958) ingresó ayer en la Real Academia Galega de Belas Artes (Ragba) como miembro numerario de la sección de pintura y grabado en un acto que se celebró en el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo, MARCO, en sesión extraordinaria de la Academia y ante un público que abarrotó la sala.

El nuevo académico, que cubrió la vacante dejada por la fallecida pintora coruñesa María del Villar Mateo de Arenaza, leyó Una mirada distinta, un escrito lleno de recuerdos personales de la infancia y de sus comienzos como pintor, donde narra el desarrollo y evolución de su trabajo pictórico. "La pintura es una manera digna de estar en el mundo, un oficio que te hace libre y abre caminos a la imaginación", destacó Matamoro. Con esta idea, el artista describió lo que significa para él el proceso de pintar, donde unas obras conducen a otras, todas ellas con una historia propia, y donde algunas requieren mucho trabajo y otras surgen desde "una varita mágica y aparecen delante sin más".

En su intervención quiso compartir con el público el método que utiliza para mantener activa su memoria: los libros de dibujos.