El cantante José Ramón Márquez, conocido como Ramoncín, defendió ayer que puso su "talento" en manos de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), a la que vendió proyectos de "extraordinario" valor y que serían un "éxito" para la entidad, después de que se viera forzado a abandonar los escenarios en 2006 al sufrir una "persecución real" por defender los derechos de autor.

Así se pronunció Ramoncín en el juicio celebrado en la Audiencia Nacional, en el que se enfrenta a cuatro años y diez meses de cárcel por falsedad documental y apropiación indebida por cargar presuntamente servicios inexistentes a la SGAE por importe de 57.402 euros entre septiembre de 2008 y marzo de 2011. Los exdirectivos José Luis Rodríguez Neri, Enrique Loras y Pablo Hernández Arroyo se sientan también en el banquillo de los acusados.

El músico, que desempeñó cargos en la sociedad desde 1989, explicó que el exdirector general de la filial digital, José Luis Rodríguez Neri, le propuso en 2007 ser "consejero emérito" durante cuatro años porque "era un talento que no se podía dejar marchar". "Cada cuatro años hay elecciones y no se puede dejar vacía de contenido intelectual a una Junta directiva con gente que viene de nuevas", añadió.

Ramoncín, que cifró en cantidades que oscilan entre los 40.000 y los 50.000 euros los anticipos extraordinarios recibidos de la SGAE por sus derechos de autor, desveló que a partir de 2006 sufrió una "persecución real en los escenarios" por parte de grupos anarquistas que llegaron a "apedrearle, insultarle, vejarle y hacerle la vida imposible" por defender algo que está recogido "en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en la Constitución", como son los derechos de autor y propiedad intelectual. "En Viña Rock me sacaron a pedradas del escenario al grito de Puta SGAE, colgaban fotos con mi cabeza en las paredes de Madrid y se hacían billetes con mi cara que se quemaban en Barcelona. Mi vida económica desapareció y tengo que buscarme la vida en otras cosas", relató. Dicho esto, el cantante desgranó cada uno de los proyectos investigados que fueron facturados a la SGAE y que calificó como "fabulosos", "extraordinarios" y que podrían ser un "éxito" en la televisión. "Vamos a vendérselo al tío Jobs", comentó sobre uno de ellos a Neri, en referencia al cofundador de Apple.

El acusado explicó que era "razonable" cobrar por anticipado y una "costumbre" facturar a nombre del interesado o sus sociedades. Al ser preguntado si otros consejeros facturaron a la SGAE, Ramoncín respondió al fiscal: "Sí, pero no le voy a decir quien". En relación con el programa de televisión llamado El creador, por el que el cantante cobró en septiembre de 2008 una factura de 10.100 euros, señaló que se lo ofreció a Neri y al secretario general Francisco Galindo para grabar los comienzos de un joven desde que "ensaya en su casa hasta que promociona su disco", y cedió la mitad de sus derechos de lo que él consideró "un proyecto extraordinario". "Hay una cosa que se llama talento y el talento lo aporta cada uno. El talento lo aporta el creador, en este caso yo", destacó.