Con compases de vals, al ritmo de polcas rápidas y con la fuerza de las marchas, la Filarmónica de Viena dio la bienvenida al 2016 en el tradicional Concierto de Año Nuevo bajo la dirección elegante y enérgica del maestro letón Mariss Jansons. La Sala Dorada del Musikverein de Viena recibió a un emocionado Jansons con una cálida ovación en la tercera ocasión en la que dirigía el concierto más famoso del mundo.

El 75º Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena comenzó al son de la Marcha de las Naciones Unidas del austríaco Robert Stolz (1880-1975) dedicada al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, que siguió el concierto desde un palco. Con ello, los filarmónicos han hecho un guiño a la ONU y han conmemorado el 70 aniversario de la primera Asamblea General de las Naciones Unidas, que se celebró en Londres el 10 de enero de 1946.

La agilidad de las polcas, los compases de los valses y el ritmo de las marchas de la dinastía musical de los Strauss se combinó con ocho obras que sonaban por primera vez en la tradicional cita musical del primer día del año. Después de escuchar el Vals del tesoro de Johann Strauss (1825-1899), el ritmo cambió por completo con las primeras notas de la delicada polca francesa Violetta que se interpretó por primera vez a pesar de haber sido compuesta también por el rey del vals.

Como propósito personal de incluir ritmos españoles y algo diferente, el maestro letón hizo sonar por primera vez en esta cita anual el vals España del compositor francés Émil Waldteufel.