El escritor barcelonés Víctor del Árbol (1968) se alzó ayer con el Premio Nadal de Novela de Ediciones Destino, dotado con 18.000 euros, con la obra La víspera de casi todo, que trata sobre la huida personal de una mujer hasta A Costa da Morte. Del Árbol, que se había presentado al concurso con el seudónimo Aurelia Ballesteros y la novela Cruce de olvidos, da el protagonismo a una mujer de clase alta que huye de su pasado y se traslada a la costa gallega, donde se encontrará con personajes en su misma situación.

Del Árbol fue funcionario de la Generalitat desde 1992 hasta 2012; cursó estudios en Historia en la Universitat de Barcelona, sin llegar a concluirlos, y colaboró dos años como locutor y colaborador en el programa radiofónico de realidad social Catalunya sense barreres de Ràdio Estel. Como escritor, fue finalista del Premio Fernando Lara en 2008 con El abismo de los sueños y ganó el Premio Tiflos de Novela en 2006 con El peso de los muertos, su primera novela publicada.

En 2011 publicó La tristeza del samurái, que ha sido traducida en Holanda, Polonia, Rumania, Macedonia, Israel, Italia, Francia, Estados Unidos, Brasil y China, además de haberse convertido en un best seller en Francia. Esta novela cuenta con el reconocimiento de la crítica y de numerosos premios, entre ellos Le Prix du polar Européen 2012 a la mejor novela negra europea que otorga la publicación francesa Le Point en el festival de Novela Negra de Lyon, le Prix QuercyNoir y el Premio Tormo Negro 2013.

En enero de 2013 lanzó Respirar por la Herida, finalista a la mejor novela extranjera en el festival de cine Negro de Beaune y también en el II Premio Pata Negra de Salamanca. Finalmente, en mayo de 2014 publicó Un millón de gotas.

El Nadal tiene una dotación de 18.000 euros y el jurado de este año estaba integrado por Germán Gullón, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello, Clara Sánchez y Emili Rosales, que adoptaron el fallo entre las seis finalistas seleccionadas entre las 341 obras presentadas en esta edición, cinco de ellas procedentes de la comunidad gallega.

En la misma velada, que cada año supone la apertura de la temporada literaria, poco antes del Nadal se falló el 48 Premio Josep Pla de prosa en lengua catalana que recayó en el periodista Lluís Foix por su libro de memorias Aquella porta giratoria, centrada en el período en que fue director de La Vanguardia. El libro explica vivencias personales de cómo se hacía el periodismo en una época en la que no había ordenadores ni otras comunicaciones, sino que el periodismo se hacía gritando por teléfono, e incluye pinceladas de viejos periodistas.