"A Rita Barberá no le gustará la promoción de Cien años de perdón", aseguró ayer el actor gallego Luis Tosar, quien dice añorar que se haga más cine político en España. "Este película es una pequeña incursión, pero queda mucho por hacer y por contar, a mi me encanta el cine político", señala.

"Los americanos no tienen ningún pudor en exhibir sus escorias. Nosotros somos un poco miedosos en ese sentido, un poco vasallos. Nos viene en el ADN, al ser una monarquía parlamentaria, que es una cosa absurda, tenemos un respeto a la autoridad que aflora en los momentos más inadecuados", considera. "Evidentemente nuestros personajes son ladrones y van a robar algo que no suyo", dice Tosar, "pero es una película que apuesta porque en el mundo exterior hay corruptelas y personajes muy oscuros seguramente más peligrosos que estos".