Esta edición de los Oscar llega marcada por la polémica más agria de los últimos años: la ausencia de artistas negros en las nominaciones. Muy criticados han sido los "olvidos" de Idris Elba por Beast of no nation y Michael B. Jordan por Creed: La leyenda de Rocky, y, en menor medida, Will Smith por La verdad duele. Curiosamente, el maestro de ceremonias es el cómico negro Chris Rock.
El cineasta Spike Lee y la actriz Jada Pinkett Smith no asistirán a la gala e incluso la presidenta de la Academia, Cheryl Boone Isaacs, ha dejado clara su frustración en las redes sociales, posturas a las que sumaron actores blancos como George Clooney o Mark Ruffalo. No obstante, también hay opiniones contrarias. El director ruso Nikita Mikhalkov dijo que el boicot por la ausencia de afroamericanos es "ridículo".
La nominada Charlotte Rampling señaló que protestar por la falta de diversidad racial es un signo de racismo contra la gente blanca. Y Michael Caine afirmó que "no se puede votar a un actor sólo porque es negro".
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Quizá la reflexión más lúcida sea la de Morgan Freeman: "Si hablamos de diversidad en la industria del cine, no tenemos que empezar con los Oscar. Debemos empezar antes: con los productores, directores, elenco, guionistas...".
Una polémica suscitada hace semanas y que será la protagonista en parte de los discursos de los ganadores o presentadores de la gala.
