El paso de una vida diletante, de aventurillas y empleos ocasionales a otra marcada por un "trabajo serio" sirve a Ugo Cornia (Módena, 1965) para establecer el eje conceptual de Roma, su tercera novela. Cornia, cuyas dos anteriores narraciones largas (Sobre la felicidad a ultranza y Casi amor) también han sido publicadas por Periférica, reflexiona con desparpajo sobre el trabajo asalariado como factor de anulación, ya sea por carencia del mismo o por las exigencias que acompañan a la "bendición" de tenerlo.

Y lo hace con ese estilo fresco, fluido, nada impostado y próximo a la oralidad que le caracteriza. El autor italiano, quien describe su método compositivo como "vaciamiento físico y espiritual", aprovecha el etéreo devenir de su protagonista, paseante atento a los detalles, para recrear a trazos discontinuos escenas que ofrecen, como marco a su impulso primordial, un retrato incisivo de la sociedad italiana.