Ya sea porque estés planeando un viaje a Egipto, seas aficionado de la arqueología o simplemente quieras disfrutar de la nueva película de Tom Cruise, te presentamos algunas de las maldiciones egipcias más escalofriantes de todos los tiempos. Algunas son más recientes de lo que podrías imaginar...

Los egipcios practicaban complejos rituales funerarios con los que pretendían garantizar el descanso eterno. La momificación era parte fundamental del proceso, pues el cuerpo mortal debía ser dignamente presentado ante Osiris. Estas tradiciones generaron fascinación entre los egiptólogos, quienes profanaron viejas tumbas para develar todos los secretos alrededor de estas creencias. Pero el conocimiento tuvo un costo muy caro, pues las leyendas dicen que desataron viejas maldiciones que pretendían garantizar la posteridad de los sepultados...

Tal es el caso de Tom Cruise, quien deberá detener el poder maligno de Ahmanet en la reinvención de 'La momia'. Para que conozcas mejor los orígenes de esta historia, te presentamos algunas de las maldiciones egipcias más perturbadoras de todos los tiempos.

El ladrón castigado

En el 2007, un joven alemán -cuyo nombre nunca fue revelado por las autoridades- viajó a Egipto para regresar una pieza aparentemente maldita. La historia comenzó unos años antes, cuando su padrastro ingresó en el Valle de los Reyes y tomó un objeto cualquiera como recuerdo de su viaje. Cuando volvió a Europa, el ladrón fue aquejado por una extraña fatiga, fiebre, parálisis y finalmente la muerte. La familia concluyó que el hombre continuaría sufriendo aún después de muerto y determinó que la única forma de terminar con sus males sería regresando el objeto a su lugar de origen.

El dios de la muerte

Walter Brian Emery figura entre los egiptólogos más reconocidos de todos los tiempos, pero realmente quedó grabado en la historia con su trágica muerte en 1971. Todo comenzó con el descubrimiento de una tumba oculta en Sakkara y que contenía una pequeña estatua de Osiris, el dios de la muerte. El investigador llevó el preciado objeto a su casa provisional en la excavación mientras tomaba un baño, pero la tranquilidad fue interrumpida cuando el asistente Ali-al Khouli escuchó un ruido extraño, llamó sin recibir respuesta y finalmente ingresó para un horrible descubrimiento: “Emery se sujetaba del lavabo, le pregunté si estaba enfermo, pero no contestó. Se quedó ahí paralizado. Lo tomé por los hombros y lo arrastré al sillón. Luego corrí al teléfono”. Murió unas horas después sin decir palabra alguna. Por su parte, el periódico egipcio Al Ahram escribió que “esta extraña ocurrencia nos hace pensar que la legendaria maldición de los faraones ha sido reactivada”.

La momia milagrosa

Hace algunos años, el antiguo Ministro de Antigüedades Egipcias, Zahi Hawass, contó la historia de un niño egipcio que quería conocerlo para hablar sobre momias, jeroglíficos y maldiciones. Sólo unos días después, el egiptólogo descubrió que el pequeño había sufrido una extraña enfermedad que fue milagrosamente curada cuando visitó el Museo del Cairo. El padre “me dijo que mientras miraba a los ojos de la momia de Amosis, el gran faraón que expulsó a los hicsos de Egipto, su hijo empezó a gritar y cayó al suelo en estado de histeria. Cuando se recuperó, estaba claro que había sido curado. Desde entonces leía cuanto pudiera sobre el antiguo Egipto".

La estatua giratoria

El Museo de Manchester vivió uno de los grandes misterios de los últimos años: una pequeña estatua de Neb Sanu que giraba lentamente en el transcurso del día para luego permanecer inmóvil durante la noche. El suceso se viralizó cuando las grabaciones de seguridad llegaron a internet, desatando toda clase de teorías, pero casi todas coincidían en que el objeto había sido poseído por el espíritu errante del propio Neb-Sanu. La magia terminó con el programa británico Mystery Map, cuyos estudios encontraron una ligera, casi imperceptible vibración provocada por el tráfico de los visitantes diarios. ¿Por qué era la única? La gran mayoría de las estatuas egipcias tienen bases planas, pero la escultura de Neb-Sanu es convexa y más susceptible a las vibraciones,

La maldición de Tutankamón

Los estudiosos coinciden en que la egiptología moderna comenzó con la apertura de la tumba de Tutankamón en 1923. Sin embargo, este hallazgo también generó una leyenda que continúa hasta nuestros días: la maldición del faraón. Se dice que todo comenzó cuando Howard Carter empleó un canario como guía, pero éste fue devorado por una cobra en las inmediaciones del sepulcro.

Los lugareños lo consideraron un mal augurio, pues el reptil era un viejo símbolo de la monarquía egipcia. La verdadera maldición surgió al poco tiempo, cuando Lord Carnarvon -financiador de la expedición- murió tras una infección provocada por la picadura de un mosquito. Para 1935, la prensa contaba más de 20 víctimas relacionadas con las excavación que habían fallecido en circunstancias extrañas.

La realidad fue muy diferente, pues posteriores conteos revelaron sólo seis decesos entre los 22 presentes durante la apertura de la tumba. Varios años después, se determinó que muchos fueron provocados por una bacteria concentrada por siglos en el sepulcro, ¿será cierto? Mención aparte para Carter, quien murió de linfoma más de 15 años después de su magno descubrimiento. Algunos dicen que esquivó la maldición, otros que pereció por ella, pero quienes le conocieron aseguran que vivía con miedo constante a los dioses egipcios.

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