La Real Academia Gallega (RAG) ha recibido hoy en donación material léxico autógrafo del Diccionario gallego-castellano de Marcial Valladares, una obra que considera fundamental en la lexicografía gallega del siglo XIX y referencia imprescindible para los diccionarios elaborados posteriormente.

El presidente de la RAG, Víctor F. Freixanes, los donadores María José Sanmartín Martínez y Crisanto Sanmartín Martínez, el musicólogo Javier Jurado y el académico Antón Santamarina, miembro del Seminario de Lexicografía de la Academia, han presentado esta mañana en rueda de prensa el manuscrito, compuesto por medio centenar de pliegos, donado por los hijos de Crisanto Sanmartín Beiroa.

Durante décadas, Crisanto Sanmartín Beiroa (1914-2000) fue responsable de la imprenta de la que salió por primera vez el diccionario de Valladares y también fue el encargado, seguramente, de salvar de la destrucción durante la posguerra los papeles que a partir de ahora custodiará el Archivo de la Academia, explicó su hijo, también Crisanto.

"Estamos seguros de que la ilusión de mi padre sería ver cómo donamos lo que él guardó en su día al sitio adecuado", ha indicado, pues "esta donación es la forma de conservar esta documentación y de que llegue a toda la gente que quiera estudiarla", añadió su hermana María José.

El presidente de la RAG ha agradecido la donación que permitirá ahondar en el conocimiento sobre el trabajo lexicográfico de quien fue también el autor de la primera novela en lengua gallega, Maxina ou a filla espúrea (1870) y a quien la Academia le dedicó el Día de las Letras Gallegas de 1970.

Tras trabajar como funcionario y dedicarse a la política, Valladares (A Estrada, 1821-1903) se retiró a los 45 años en su pazo familiar de Vilancosta para dedicarse por completo a la cosecha de textos folclóricos, a la literatura y a la redacción de su diccionario, el trabajo de lexicografía gallega más importante del siglo XIX.

"El diccionario de Valladares es una obra en la que ya hay mucho trabajo y bien hecho. Con ella tuvieron noticia del gallego los grandes etimólogos de la romanística. Estaba en las bibliotecas de Meyer-Lübke, de Wartbur, de Jud, de Piel y de Corominas", ha subrayado Antón Santamarina, coordinador del Diccionario de diccionarios, que incluye la obra de Valladares junto a otros vocabularios históricos de la lengua gallega, empezando por los trabajos de Martín Sarmiento (1695-1772).

A diferencia de sus predecesores en esta labor, cuando Valladares redactó su diccionario ya había una docena de obras literarias en las que documentarse; quizás fue por eso por lo que tardó tanto en publicarlo, detallan fuentes de la RAG en un comunicado.

La mayor novedad de esta publicación fue que su vocabulario se centró en el gallego actual, tanto el recogido por él mismo y el extraído de las obras literarias que leía, como el que le enviaban sus correspondientes, ente ellos Montenegro y Laverde Ruiz.

Tras la publicación del diccionario, Marcial Valladares continuó trabajando en varios apéndices que comprenden cientos de voces nuevas, hasta llegar a las 16.082 palabras; uno de estos anexos lo firmó con 72 años, otros cuatro no llevan fecha y el último, escrito ya con letra vacilante, es del año 1902, poco antes de su muerte.

En estos suplementos destaca la incorporación de las voces del gallego oriental, apenas presentes en el Diccionario gallego-castellano, extraídas de sus nuevas lecturas y de la correspondencia que mantuvo con Fincas Pulpeiro.

En el último apéndice destaca también la incorporación de voces arcaicas que aparecen en la Colección Diplomática de López Ferreiro.