Filippo Inzaghi, a sus 36 años, volvió a ser providencial y rescató al Milan en el Velódromo de Marsella donde, bajo una intensa lluvia, los italianos habían naufragado ante un Olympique que mereció mejor suerte que una derrota en su vuelta a la Liga de Campeones. El eterno delantero, que suma 44 tantos en la Liga de Campeones, remató dos extraordinarios servicios de Clarence Seedorf para llevarse una victoria que el Marsella reclamó con un tanto del defensa argentino Heinze.

Gracias al olfato del atacante transalpino, los de Leonardo debutan con victoria en la máxima competición continental, pese a que la lluvia y su juego les hicieron temer cualquier otro resultado.

El empate hizo creer al Velódromo en sus opciones y los franceses mantuvieron el control del juego. Pero al Milan le bastaron los destellos de Seedorf para que Inzaghi demostrara su carácter matador.