Josep Guardiola, entrenador del Barcelona, tuvo que explicar en dos ocasiones el pasado fin de semana que su equipo no renuncia a su estilo de juego y que no lo cuestiona, y que en todo caso si alguna modificación plantea es la referida al dibujo con sus jugadores sobre el césped. El beneficiado de este invento ha sido, sin duda, Leo Messi, como así apuntó Guardiola, pues además de buscar variables para desconcertar a sus rivales, pretendía recuperar a un Messi que en los últimos partidos estaba jugando con una marcha menos respecto a hace unas semanas.

Así fue como del clásico 4-3-3, el Barcelona planteó el pasado sábado, ante el Málaga, un 4-2-3-1, con Zlatan Ibrahimovic en punta y con Xavi Hernández y Sergio Busquets justo por delante de la defensa y por detrás de Pedro, Messi e Iniesta. Tras el partido, Guardiola disipó cualquier duda acerca de la interpretación que se podía producir entre los informadores y analistas: ni el Barça jugó con un doble pivote -Xavi y Busquets- y, aún menos, cambió su estilo.

"Si el estilo es ir a por el partido, o fichar a jugadores donde la técnica prevalezca delante de todo, donde haya velocidad del balón, respeto por la gente, donde jugar al ataque... y miles de cosas que no tienen nada que ver en jugar bien o mal, mientras que yo sea entrenador no se va a tocar jamás. Igual mañana invento y meto a siete defensas, pero todos ellos irán al ataque", defendió el sábado Josep Guardiola ante una pregunta de un informador de la cadena Al Jazeera.

"El estilo, la esencia, lo que es el Barça, no. El balón lo queremos nosotros, queremos generar ocasiones de gol. Esto ya podemos perder los próximos quince partidos que no se toca", insistió en la previa del encuentro contra el Málaga. Como si quisiera alimentar que dentro del vestuario se cuestiona el estilo de juego barcelonista, Guardiola propuso un dibujo sobre el campo nada usual en el conjunto catalán con él en el banquillo. El 4-2-3-1, que tras el gol del canterano Pedro en el minuto 68 regresó al habitual 4-3-3, fue todo un desafío de Guardiola para buscar soluciones ofensivas y, sobre todo, para rescatar a un Messi que, según el preparador, estaba algo perdido en los últimos partidos que había disputado el conjunto catalán.

El invento de Guardiola dio resultado, aunque ello no se plasmó en el marcador, ya que no fue hasta mediada la segunda parte cuando el Barcelona logró deshacer la igualdad contra el Málaga. No obstante, el cuadro azulgrana ya llevaba trabajando en este cambio de planes durante días. "Esta nueva disposición en el campo ha sido para que Messi conectase mejor con el juego, porque nos conviene que entre. Lo hemos encontrado mucho mejor que en otros partidos. También ha servido para juntarlo con Ibra. Es como si Messi fuese un interior", razonó tras el encuentro Guardiola, quien insistió en que con este 4-2-3-1 "no" jugaron con un doble pivote. "Nunca han estado (Xavi y Busquets) a la misma altura. No hemos jugado nunca con un doble pivote. En cambio, sí que había un pequeño ajuste en los extremos y en el juego defensivo que estos tenían que hacer", insistió el preparador.

Para el capitán del Barcelona, Carles Puyol, la idea de diseñar un nuevo dibujo del equipo sobre el campo se debió a que se buscan "soluciones". "Los rivales nos tienen muy estudiados y tenemos que buscar variantes", subrayó. "Lo importante es la intensidad, el ritmo y que buscamos la pelota. Jugamos muy bien contra el Málaga y, si hubiésemos marcado más goles, se estaría hablando de un partido espectacular. Ha sido uno de los mejores encuentros de la temporada", sentenció el capitán azulgrana.