Filipe Luis tiene un sueño que a la vez es un reto personal: recuperarse de la grave lesión de tobillo que sufrió el 23 de enero pasado con el tiempo suficiente para reaparecer en la Liga con el Deportivo y optar a una plaza en la selección brasileña para jugar el Mundial de Suráfrica. Con esta ambición desafía, además, las previsiones de los médicos del club, quienes tras la intervención quirúrgica en su tobillo derecho pronosticaron que el jugador no volvería a competir hasta la próxima campaña.

La primera comparecencia pública de Filipe tras la extracción, el pasado jueves, de los clavos que los médicos le colocaron en el tobillo descubrió a un jugador optimista y esperanzado, convencido de que, con ilusión y esforzado trabajo, puede llegar incluso a disputar algún partido oficial antes de que termine la Liga el 16 de mayo. Sus deseos llegan más lejos, ya que no renuncia a que el seleccionador brasileño, Carlos Dunga, lo convoque para disputar el Mundial, que comenzará el 11 de junio: "Mi objetivo personal es volver a jugar esta temporada. Sería para mí una victoria. Lo que quiero es volver muy bien, como antes, y que no pierda la confianza. Hay un Mundial y quiero, por lo menos, estar disponible. Sé que es complicado que esté en la lista, pero es posible, por eso hay que intentarlo", explicó ayer el internacional brasileño.

Filipe volvió a hablar públicamente no sólo para anunciar sus aspiraciones personales, sino para explicar por qué la semana pasada impidió a los médicos del Deportivo difundir informaciones sobre su estado físico. El lateral izquierdo aclaró que no existe ningún tipo de roce con los doctores y que está "encantado" con la actitud y el trabajo del cuerpo médico y de los fisioterapeutas del club: "El primer mes vinieron todos los días a visitarme y a darme mucho ánimo. La gente malinterpretó lo que pasó. Desde que empecé mi recuperación no se han dado muchos detalles porque estamos trabajando mucho y me gusta hacer casi todo en privado. Pedí a los doctores que no contasen nada. No prohibí decir nada, sólo que esperasen y que no dijeran nada, porque quería contarlo yo de mi boca, ahora que estamos entrando en la fase final de mi recuperación".

Ahora Filipe, que recalcó su buen entendimiento con los médicos, afronta una nueva fase de su periodo de puesta a punto tras una complicada lesión. Su sonrisa, que nunca perdió, parece ahora más reluciente. "El tobillo está perfecto. Queda recuperar fuerza, hacer trabajo físico. Queda mucho todavía, pero es el final. Lo peor es el primer mes y ya ha pasado", informa.

Por eso es también prudente. Aunque proclama que conserva la esperanza de jugar en el Deportivo este curso y de volver a su selección, con la que debutó el pasado 14 de octubre contra Venezuela, sabe también que las prisas no son convenientes pese a haber acortado algunas etapas inicialmente previstas en su proceso de recuperación.

"No me pongo plazos. Todo ha ido muy bien, siempre recortándolos, poco a poco, pero respetando mucho. Todos los plazos que tenemos los hemos acortado, nunca se ha retrasado nada, pero no me gusta dar detalles, porque es cosa mía y me gusta trabajar solo", señaló.

En pocos días se le podría ver corriendo junto a Brayan Angulo, el otro lateral zurdo de la plantilla, lesionado de gravedad en una rodilla, que desde hace semanas trabaja en solitario en el césped de Abegondo.